NADIE TE PERTENECE
Un abogado me contó que acababa de defender a un cliente que había golpeado a su esposa. Su cliente había arrastrado de los cabellos a su esposa desde el piso de arriba hasta abajo y desnuda la sacó de su casa. El abogado después me dijo: “Ella se lo ganó por ser infiel”. Hemos creído que cuando una persona se casa o se junta con otra persona entonces pasa a ser propiedad de la persona con quien se casa.
Hemos creído que se valen los gritos, los insultos, las humillaciones porque las personas no se “portan” bien. Muchísimas mujeres son víctimas de violencia verbal, sicológica, económica, o física y no se atreven a denunciar porque piensan que se lo “ganaron”, piensan que se lo merecen porque se portaron mal.
Nadie, nadie es dueño de nadie y nadie merece soportar ningún tipo de violencia de parte de su pareja sentimental.
La semana pasada escuchamos el caso de Abril, una mujer que fue asesinada y el principal sospechoso es su ex esposo, ya que en enero la había intentado matar dándole con un bat en la cabeza. Ella lo denunció, pero él pagó una fianza y salió libre. Hoy ella está muerta. Es necesario tomar conciencia de lo que es violencia para no permitirlo. Es necesario alzar la voz y denunciar cualquier tipo de violencia. Es necesario instruir a todas las mujeres para que se alejen a la primera.
Que se alejen al primer insulto, al primer grito, al primer golpe aunque sea chiquito.
Es necesario que todos, todos sepamos que nadie nos pertenece, que no tenemos derecho de lastimar a nadie, que no tenemos derechos sobre otras personas.
Tenemos que dejar de referirnos a la pareja sentimental con frases posesivas. “Ella es mía, él me pertenece, le tengo que pedir permiso.”
Nadie tiene por que pedirle permiso a su pareja sentimental para salir con las amigas, o para viajar, o para trabajar.
No le pertenecemos a nadie y nadie nos pertenece.
Todos somos libres de quedarnos si nos tratan mal, y también de irnos si ya no queremos estar en un lugar donde no nos respetan.
Si no te tratan bien, vete.