RETRATA LAS RAÍCES A TRAVÉS DE ROSTROS
Ricardo León realizó una exposición fotográfica con las caras de los ancianos de las comunidades indígenas de Sonora
Dicen que los ojos son la ventana hacia el alma. Para Ricardo León, esto en parte es cierto, pero en su opinión, el rostro de una persona es el mejor elemento para contar su historia. A través de su colección “De los Rostros de la Historia a la Historia de los Rostros”, el fotógrafo refleja las carencias y abandono que sufren las personas de la tercera edad de las comunidades indígenas sonorenses.
“La cara testifica, en términos de expresiones, las huellas del intemperismo, las huellas del clima, las líneas de la vejez histórica. Es un rostro que no se arruga por estar viejo, sino por vivir en condiciones tremendas. Nos ve a la cámara directamente, y cada quien construye la historia, depende de cómo lo aborda la persona que contemple la fotografía”, dijo Ricardo León para EL IMPARCIAL.
El fotógrafo mostrará su exposición en el marco de la edición 36 del Festival Alfonso Ortiz Tirado (FAOT 2020), la cual surgió por la inquietud de despertar consciencia sobre las condiciones en las que viven las personas de la tercera edad de los pueblos indígenas del Estado.
“Todo resultó de una exposición que hice hace algunos años en Casa Madrid donde expuse una fotografía que tomé en Punta Chueca. Tenía en primer plano a una niña preadolescente que tenía en la mano un teléfono celular y en un segundo plano, atrás, y fuera de foco, estaba uno de los ancianos de la comunidad Comcáac. Entonces una persona me preguntó por qué dejé en primer plano a la chica y en segundo plano al anciano. Yo no había hecho eso, sino que fue una circunstancia.
Los jóvenes tenían la mirada puesta en otras cosas muy distintas a la de sus generaciones anteriores”, explicó.
“Eso me llevó a la reflexión de que, en efecto, mucha de esa gente murió y no la conocimos. Perdimos a muchos ancianos en estos años, pero finalmente logramos hacer este proyecto realidad en un plazo récord de 7 semanas (…) Originalmente eran 100 rostros, pero al final resultaron 105 rostros destacables.”, comentó.
Para León, más que resaltar las vestimentas o el ambiente, su principal objetivo eran los rostros en un primer plano, a una sola luz y un lente, de todos los ancianos que accedieron a ser fotografiados, algunos de ellos por primera vez en sus vidas.
“Para nosotros ese era el elemento identitario por excelencia y la idea es que no acompañemos con una gran cantidad de información, si acaso su nombre y el pueblo al que pertenece. La idea es que la gente se interese en ellos”, agregó.
“Como la mayor parte de ellos eran ancianos, y no estaban acostumbrados a esto, hicimos sesiones muy breves. No quería someterlos a un manejo de estudio fotográfico que podía resultar irrespetuoso. Prácticamente la gente no se daba cuenta y la fotografía ya había sido tomada. Fue un reto, sobretodo porque muchos de ellos eran invidentes”, enfatizó.
La colección, que estará disponible el 25 de enero a las 11:30 horas en el auditorio del Museo Costumbrista de Sonora, se realizó con el apoyo del Instituto Sonorense de Cultura (ISC) y la Dirección General de Culturas Populares, en colaboración con el antropólogo del Centro INAH Sonora, Alejandro Aguilar Zeleny.