La senadora y el coronavirus
La política es una profesión complicada. Si quien la ejerce lo hace convencido y con ganas de mejorar lo que camina mal (o necesita un ajuste) en la sociedad puede ser muy productiva, positiva y gratificante. Pero si lo que buscan es solamente dinero o poder, o dinero y poder, se convierte en algo destructivo. Un político es un personaje clave en nuestra sociedad y quienes se dedican a ello deberían meditarlo muy bien y prepararse de manera adecuada.
Un periodista tiene otra labor, una trinchera diferente, que también es trascendente. Los periodistas debemos estar convencidos de lo que hacemos y entender los alcances y los límites de nuestra profesión. Una regla no escrita, pero real, es que los periodistas somos testigos y narradores de la historia, no protagonistas. Hay que estar preparados mentalmente porque cuando el trabajo es bien hecho habrá personas que lo reconozcan y otros que se sientan afectados o estén en desacuerdo y buscarán desacreditarnos con epítetos como “vendido” o “chayotero”, que son los favoritos.
Combinar la política y el periodismo no es algo recomendable. Se pierden las proporciones y cuando un periodista cruza la línea debe entender que ya no hay retorno. La credibilidad estará para siempre en duda, la búsqueda de la objetividad no será convincente.
Es complicado (no sé si imposible, pero sí muy difícil) ser periodista y después convertirse en político. Esta semana vi un caso que creo ilustra esto que ahora analizo. La senadora Lilly Téllez se enteró que había estudiantes sonorenses en China y lanzó un tuit, que decía: “Solicito ayuda al Secretario @m_ebrard para traer de China a cuatro jóvenes estudiantes de Sonora que están desesperados por salir de ese país”. Al terminar de leerlo me pregunté por qué razón la senadora no había hecho esa petición en privado o si había hablado antes con las autoridades educativas de Sonora y con esos muchachos como para afirmar que estaban desesperados por salir de China.
Si Lilly hubiera investigado se habría enterado que no eran cuatro sino 34 sonorenses estudiando en este momento en China. También le habrían dicho que el Gobierno de Sonora
estaba en contacto con todas las familias, que alrededor de 17 ya están en Sonora, otros en camino y algunos (por lo menos tres), por decisión propia, creyeron que no corren peligro y seguirán allá. Los estudiantes sonorenses más cercanos a la zona crítica del coronavirus estaban a mil 500 kilómetros de distancia. En pocas palabras, los gobiernos que encabezan Andrés Manuel López Obrador y Claudia Pavlovich ya trabajaban en el tema y no era necesario el “grito de auxilio”. Por cierto, excelente trabajo de Víctor Guerrero, Onésimo Mariscales y Yazmina Anaya.
Como política se equivocó y como periodista también. En su función de senadora debe tener la posibilidad de comunicación directa con Ebrard y Pavlovich. En el plano periodístico tiene un supuesto equipo profesional a su servicio, que bien pudieron investigar la situación real. Al final queda la sensación que la senadora busca reflectores y asume una postura llena de demagogia para que el pueblo sabio diga: “¡Mira nada más, qué buena y linda es. Hay que votar por ella!”.
Ojalá todos los políticos entendieran la misión real de sus puestos o estudiaran para conocer los alcances y responsabilidades de sus posiciones. Porque los funcionarios mal preparados hacen bastante daño. Ah, y no quieran vernos la cara de apaches con tuits efectistas como ese “desesperado grito de auxilio”.
EN BUSCA DEL AMOR
Y ya que andamos con asuntos legislativos, el diputado local sonorense (de Morena), Luis Armando Colosio, publicó en FB un anuncio muy extraño: “Busco novia para los próximos 40 años, prometo cuidarla y mimarla el resto de mi vida”. Unos lo atacan, otros lo defienden. La realidad es que no debe olvidarse de su investidura de diputado, de representante del pueblo y esos arranques le restan seriedad. De por sí…
EL ASESOR
Julio César Chávez Jr. fue noticia esta semana, pero no por haber ganado alguna pelea importante, eso no se le da. Resulta que tuvo una idea sensacional que promovió en sus redes sociales (oootro con la misma historia). Resulta que el hijo de la leyenda sonorense dijo que se debería autorizar que los pobres usaran billetes falsos para comprar comida y, pum, asunto arreglado. ¿No será que es asesor de YSQ y fue el que sugirió la rifa del avión presidencial?