RESCATAN A HOMBRE QUE SE EXTRAVIÓ EN LA SIERRA DE ARIZPE
Estuvo diez días perdido tras desorientarse por una descompensación por diabetes
NOGALES.
Una descompensación por diabetes provocó que se desorientara un vaquero en la zona serrana de Arizpe, donde permaneció diez días extraviado, en los que se alimentó de atún, bellotas y péchita (fruto) de mezquite para sobrevivir.
Se trata de Luis Alfonso Corella Gámez, de 59 años de edad, quien fue encontrado por los socorristas tirado y visiblemente desorientado, con avanzada deshidratación y en estado semiinconsciente.
Omar Rosario Acuña Díaz, socorrista de la agrupación Brigada del Sol de Nogales y especialista en Búsqueda y
Rescate, informó que la persona había desaparecido desde el martes 23 de junio.
“Los pobladores de las rancherías indicaron que lo vieron por la mañana del 23 de junio y que pensaron que había partido al pueblo de Arizpe, mientras que los conocidos residentes del pueblo creían que el hombre estaba en el rancho La Ciénaga.
“Fue hasta el viernes 26 de junio que confirmaron que había desaparecido y los mismos pobladores lo buscaron el fin de semana, sábado y domingo, por veredas y monte, pero no lograron encontrarlo”, informó.
El lunes 29 de junio se notificó a las autoridades y se conformó un operativo de búsqueda y rescate con socorristas de la Brigada del Sol de Nogales, así como Protección Civil y Bomberos de Arizpe.
“Se estableció un comando y luego de tres días de búsqueda lo encontramos después del mediodía del jueves 2 de julio en mal estado de salud, pero logramos llevarlo en caballo hasta el pueblo, donde fue reanimado y puesto fuera de peligro”, mencionó.
BELLOTAS Y PÉCHITA
El hombre llevaba consigo una pequeña mochila donde traía cuatro latas de atún y limones, los cuales combinó con el consumo de bellotas y péchita de árbol de mezquite para sobrevivir.
“La persona no sabía que era diabética y estando en el monte le sobrevino una descompensación en los niveles de la azúcar, se desorientó tuvo perdida temporal de la vista y fue como se extravió.
“Sus mismos instintos y conocimientos de vaquero, porque es trabajador del rancho La Ciénaga, le permitieron sobrevivir, consumió el atún, los limones, las bellotas y las péchita, agua de los charcos, entre otras cosas, y así logró que lo encontráramos con vida”, relató Omar Rosario Acuña.