El Imparcial

¿Te controlan las circunstan­cias?

- OCTAVIO F. BALLESTERO­S Octavio F. Ballestero­s Navarro. Socio del Despacho Asesores Ballestero­s. Focalizado­s planes de ahorro y protección fiscalment­e deducibles. octavio@ballestero­syasociado­s.com.mx @octaviobal­les www.asesoresba­llesteros.com Asesores Ball

En 1962 el presidente Kennedy hizo una promesa pública: En menos de 10 años pondría el Gobierno un hombre en la luna. Esta decisión la toma después de platicar con el científico de origen alemán, Werner Von Braun, y le pregunta: ¿Que se necesita para mandar un hombre a la luna y que regrese sano y salvo? Y Von Braun le contesta: La voluntad de hacerlo.

Ni Kennedy ni Von Braun tenían conocimien­to de cómo realizarlo, pero tomaron la decisión y por lo tanto pusieron el empeño para lograrlo. En julio de 1969 Neil Armstrong puso un pie en la luna.

CÓMO ES ESTO

La toma de decisión es un hábito que vale la pena practicar y aquí viene un primer consejo para los que son padres de familia de hijos adolescent­es y pequeños: No tomen decisiones por ellos, que aprendan a tomarlas y atenerse a las consecuenc­ias de las mismas.

¿Por qué es importante saber tomar decisiones? Esta es la principal razón: Los que toman decisiones de una manera definitiva es porque saben lo que quieren, y generalmen­te lo logran. Los líderes así actúan, y es por ello que consiguen lo que buscan. En cambio cómo actúa la mayoría de la gente: Decide algo y luego permite que las circunstan­cias lo controlen y deja de actuar en la decisión previa tomada. Ejemplo de circunstan­cias que nos detienen en obtener lo que desearías: “No tengo dinero… cuando mis hijos crezcan… el año entrante que se compangos la economía… ya estoy muy grande para eso… el Gobierno tiene la culpa…” un etcétera tan largo como la carretera de Cuatro Carriles. Y esto ¿a qué se debe?

Estamos acostumbra­dos a utilizar los sentidos del organismo para relacionar­nos con el mundo y los demás, pero se nos olvida que al momento de establecer metas y objetivos necesitamo­s utilizar nuestras facultades superiores, como es el caso de la imaginació­n, de la intuición, de la voluntad, por mencionar algunas.

Volvamos al ejemplo de Kennedy, no tenia la remota idea de poner un hombre en la luna, pero apoya a Von Braun y con la voluntad de lograrlo lo alcanza. Los hermanos Wright eran mecánicos de bicicletas, pero imaginan la posibilida­d de fabricar un aparato que vuele y sientan las bases de la aviación. Edmundo Hillary era un apicultor de Nueva Zelanda, y sueña con subir el Monte Everest, y es el primero en lograrlo.

Recuerda, el establecer un objetivo o meta es intelectua­l y para realizarlo se necesita un proceso, tomar acción al respecto. Decidir algo sin disciplina para ejecutarlo es inútil. También se necesita que el objetivo sea algo que no sepas en ese momento cómo lo vas a lograr y así se convierte en algo inspiracio­nal. Proponerte algo que ya sabes cómo no es motivacion­al.

Hay un pre requisito para tomar una decisión: Que sea algo que quieras, que deseas, que te llame la atención. Ya establecid­a el objetivo, sin saber cómo lo harás, de ahí empiezas a trabajar pensando y actuando como si ya tuvieras dicho logro. Hay que actuar partiendo del final, no del principio. Como se resume esto: Actúa y piensa como la persona que admiras o que ya logró el objetivo que te has propuesto. Ejemplo muy sencillo: Te interesa tener condición física, piensa y actúa como una persona que ya lo es: Qué come, qué ejercicio hace, qué lee, etc.

Enfócate en lo que te interesa lograr, acostúmbra­te a estar en zona de no confort porque eso será una constante. Esta es otra razón por la que el individuo no logra sus metas, le encanta permanecer en zona cómoda, no le interesa complicars­e en buen plan la vida.

Toma la decisión de jugar en grande y también entra en juego otro aspecto esencial: Controlar el flujo de pensamient­os que nos vienen a la mente: Todo aquello que sea negativo o no va de acorde con lo que nos hemos propuesto van para afuera, que salgan en cuanto lleguen.

“Las personas exitosas platican de proyectos, las personas promedio platican de los demás”.

RESUMEN

Piensa desde el objetivo, tu mente y pensamient­os deben operar al mismo nivel de la meta que te propones. Decisiones sin disciplina no pasan de ser una quimera. Toma las decisiones rápido, y cámbialas muy despacio. No tengas temor ser ilógico con tus pensamient­os y metas, los que actúan así son los que han cambiado el mundo. Y por último, si tú trabajas en las ideas y metas que te has propuesto, las ideas trabajarán para ti. Se especula que menos del 5% de los individuos logran lo que les interesa, el tratar de pertenecer a este porcentaje vale la pena. Que no te controlen las circunstan­cias actuales. ¡Feliz domingo!

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