Abarrotes tienen “una misión” en las colonias
Son algo más que un lugar para comprar artículos de primera necesidad
Sin falta, puntual, todas las mañanas don Manuel López Martínez, de 78 años, abre su pequeño abarrotes ubicado en la colonia Olivares; no tiene nombre, pero los vecinos lo ubican y llegan desde temprano ya sea a comprar o simplemente a platicar.
Don Manuel asegura que ya no vende como antes y que mantiene la tienda para tener algo qué hacer, pues no tiene suficiente dinero para invertir, así que lo único que le quedan son refrescos y algunos artículos de la canasta básica.
“Me ha ido mal, aquí apenas sale para pagar la luz, yo no gano nada, para empezar no está bien surtido, y si lo surtimos bien, yo no la hago aquí; yo ya estoy viejo, no tuve escuela”, expresa.
La tienda de don Manuel, es uno de los 4 mil 71 negocios de abarrotes, alimentos, bebidas, hielo y tabaco, que según el Directorio Estadístico de Unidades Económicas (Denue) del Inegi, existen en Hermosillo.
Pero las tiendas de abarrotes son mucho más que un simple lugar para tener a la mano artículos de primera necesidad, son centros de información y sitios de convivencia en las colonias.
El sociólogo Jesús Durán Pinzón señaló que el factor atractivo de los abarrotes es que se trata de una oferta muy local, pues está en el barrio, además de que la gente se conoce y conoce al propietario.
En muchos abarrotes todavía se utiliza un sistema de crédito, expuso, en el que las personas pueden llevarse los productos y regresar a pagarlos tiempo después.
“El abarrotes representa ese carácter de contención y también de ese carácter solidario del barrio que solamente puede estar ahí”, comentó, “además sirve como espacio informativo, la gente va y hace preguntas”.
Durán Pinzón añadió que el abarrotes es un espacio también para la convivencia, donde el factor sociable contribuye a la familiaridad y sentido de pertenencia por parte de la comunidad.
SUPERVIVENCIA
La llegada de la crisis sanitaria global en 2020 provocó incertidumbre entre los negocios locales, los cuales no estaban preparados para desempeñar sus actividades con las nuevas restricciones.
El sociólogo destacó que las tiendas de abarrotes también se vieron afectadas ante el requerimiento de medidas sanitarias como el uso de gel antibacterial y cubrebocas, pero consiguieron sobrevivir.
“Yo creo que por eso no desaparece, al contrario, creo que hay un fortalecimiento y eso es propio de la comunidad y se gesta a partir de relaciones sociales marcadas por la necesidad”, sostuvo.
SIGUE ATENDIENDO
Ubicado en el cruce de la calle Guillermo Arreola y la avenida Leocadio Salcedo, en la colonia Olivares, está la tienda de don Manuel López Martínez, la cual atiende desde hace aproximadamente 25 años, aunque el negocio tiene más tiempo pues él lo compró a sus antiguos dueños.
La principal razón por la cual no ha cerrado este negocio lleno de anaqueles vacíos y con un puñado de productos en exhibición, es por la convivencia con los demás vecinos, a los cuales les guarda sillas afuera del establecimiento.
“Esto (la tienda) nada más es para no estar encerrado en la casa, aquí hay veces que se sienta uno, se sientan dos, tres, viejos de mi edad y unos platican y el día se va”, sostuvo, “recalan en la mañana, se van entre las 12:00 y la 1:00 y para las 3:00 están aquí de vuelta”.
Incluso Google Maps ha documentado involuntariamente este comportamiento desde 2009, pues en múltiples capturas puede verse al señor Manuel afuera de su establecimiento hablando con la gente.
A pesar de todo, la tienda tiene ganancias constantes, pues de acuerdo con don Manuel, es común que la gente acuda a comprar sodas y, cuando hay en existencia, el queso, aunque el mayor atractivo sea la plática del dueño.
“Hay mucha competencia aquí”, reconoció el señor Manuel. Eso sí, dijo estar genuinamente impresionado de que su tienda continúe siendo rentable, a pesar de que en esencia sea un pasatiempo.
LA TIENDA MÁS VIEJA
La tienda de abarrotes más vieja de Hermosillo no está documentada, indicó el cronista de la ciudad Ignacio Lagarda Lagarda, sin embargo es posible rastrear dónde se encuentran las más antiguas.
“Es difícil saberlo, pero se tiene que buscar en la zona centro o en la colonia San Benito, El Mariachi o en la 5 de Mayo; en Villa de Seris debe haber también”, explicó.
Las tiendas de abarrotes de las que existen registros más antiguos ya no existen, sea porque la familia optó por no continuar con el legado o porque quebraron.