5 DE ENERO DE 1862 ACTUAR “LA OTRA CARA” DEL AMOR, CON UN TOQUE SHAKESPERIANO
La pasión viene del inconsciente en buena medida. No sabemos porqué somos apasionados. Entonces la gente apasionada puede hacer una gran cantidad de cosas: Amar con un amor que rompe barreras… y destruir acabando con todo. Las pasiones son oscuras, son volcanes interiores”.
Saúl Meléndez
Director de teatro
El juglar es el comunicador, el bufón, pero también el que te dice, el que te cuenta… en este caso, hablemos del amor. Hablemos de que, así como somos sujetos de violencia, en la misma medida somos sujetos de amor. En el equilibrio aristotélico entre amor y violencia, o amor y odio, estaría el ideal de humano. Porque no podemos eliminar nuestra violencia, pero sí podemos contenerla a través de la inyección de nuestra inmensa capacidad de amar. Por ahí surgió esto”.
Roberto Corella
Dramaturgo
Para hablar del amor hay que sumergirse en él. Y una vez ahí abordar alguno de sus múltiples aspectos. La pasión es uno fundamental.
Armar un discurso, ya no se diga una puesta en escena completa, con la ambición de desentrañar “la otra cara” del amor no puede ser tarea fácil, pero La Cachimba, una compañía teatral sonorense con más de 25 años de trayectoria, se atreve.
Hoy, junto a la fuente del Parque Madero, se estrena la obra “Los juglares del Norte, el amor en los tiempos de Shakespeare”, del dramaturgo Roberto Corella.
“Nos hicimos muchas preguntas en distintos momentos con este proyecto. Es como: ‘Vamos a meternos en el amor’, pero el amor no puede estar vacío, porque es ‘el amor y su otra cara’, y ¿cuál es la otra cara del amor? Me metí en ese brete y los actores también; esta situación, ¿cómo queremos mostrarla a la gente?, ¿qué queremos que pase, qué enfoque le queremos dar a las cosas?, ¿qué pueden pensar los niños, una familia, que estén viendo este discurso que es del amor, pero que tiene su lado oscuro también?’”, comparte el director de la puesta, Saúl Meléndez.
UNA FIESTA DE AMOR
La obra escrita en 2008, “detonada” de un suceso de alto impacto presenciado por la esposa de su autor, Roberto Corella, hecha mano de piezas clásicas de William Shakespeare, pero con un giro orientado a la comedia del arte con la intención de matizar los “aspectos más violentos” del sentimiento que la inspira.
“Empiezo a releer a Shakespeare y me encuentro violencia en todos sus textos. Violencia terrible, pasiones desbordadas completamente. Pero me ‘brincan’ particularmente cuatro textos que abordan el tema del amor: ‘Romeo y Julieta’, ‘La fierecilla domada’, ‘Otelo’ y también ‘Mucho ruido y pocas nueces’; me pareció que estaba muy erótico, cargadísimo de erotismo. A partir de ahí empezamos, pero vamos a hacer un teatro tipo medioevo, tipo comedia del arte italiano, con una fiesta, una batucada, con mojigangas, con escándalo para atraer a la gente”, adelanta Corella.
A CADA RINCÓN
Aunque el Parque Madero ha sido el “espacio-hogar” tradicional de La Cachimba, la compañía desconoce cualquier límite -geográfico o creativo-, y se permite “invadir” lugares alejados, periféricos, esos a donde el arte llega como por asalto.
En el carromato con el que han recorrido ciudades de todo el País también han alcanzado poblaciones alejadas, como ejidos y campos agrícolas, cargando con todo.
“Llevamos nuestro equipo de sonido, de luces... hasta nuestro generador de energía, por si no hay luz eléctrica. Hasta sillas”, detalla Corella.
“Vamos a lugares donde la gente difícilmente -por no decir que nunca- ha tenido acceso a una manifestación arexpectativa, tística. Estamos involucrándolos, envolviéndolos... así al fin de cuentas era en la comedia del arte. Estamos en esta idea del teatro en comunidad”, añade el dramaturgo.
“Los juglares del Norte, el amor en los tiempos de Shakespeare” forma parte de un proyecto acertadamente nombrado “Ahí donde las águilas se atreven, teatro en territorios liminales”, con el que La Cachimba ganó un apoyo a nivel nacional.
“Eso es lo que es buenísimo del carromato, en realidad es ir a la periferia. El estar aquí en el parque (Madero) en Hermosillo es una fiesta, porque es la casa, el lugar de La Cachimba, que es un grupo con tantos años de trayectoria. Aquí es la casa, pero el carromato lo que permite es llevarlo de verdad a las comunidades que no tienen acceso (al teatro)”, celebra el director Saúl Meléndez.
EL RETO DE ACTUAR A CIELO ABIERTO
De la experiencia de montar una obra al aire libre habla Saúl Meléndez, director de escena, pedagogo y actor con más de 35 años de trayectoria a cargo de “Los juglares del Norte, el amor en los tiempos de Shakespeare”.
Cuando tienes una presentación en un edificio teatral, el que sea, pequeñísimo o gigantesco, siempre hay un flujo de deseos donde hay alguien que acude al espacio teatral, ya sea porque quiere hacerlo o porque es invitado o llevado. Entonces ese recorrido genera una
El teatro no puede desaparecer porque es el único arte donde la humanidad se enfrenta a sí misma’.
Arthur Miller Dramaturgo
estadounidense
te vas metiendo a ti mismo a un lugar distinto y la arquitectura teatral lo permite. (Pero) cuando vas con el carromato o cuando vas a la calle no existe eso. Lo que tú estás haciendo es invadir el espacio público (…) Desde ahí la gente ya parte de otra cosa, ya no desde la expectativa de ‘yo vine a ver qué encuentro’, sino ‘quiénes son y qué quieren conmigo’”, dice Saúl, entre risas. “Lo que hacemos es apostar porque (el teatro), la verdad, la gente lo necesita y lo quiere”.