Con detección temprana 90% de pacientes con cardiopatías las superan
Aunque son la segunda causa de muerte en niños menores de 5 años, la clave está en la detección oportuna
Las cardiopatías congénitas son la segunda causa de muerte en niños menores de 5 años en México, y su detección oportuna es esencial para lograr un tratamiento adecuado que aumente la supervivencia del paciente, afirmó Anahí Camacho Castro, cardióloga pediatra de Hermosillo.
“Las cardiopatías congénitas tienen lugar en el momento de formación del corazón, que es en las primeras semanas de gestación, cuando probablemente la mamá ni siquiera sabe que está embarazada.
“Si se detecta, por ejemplo, en detección prenatal, es decir, si el ginecólogo lo detecta antes del nacimiento, en el momento del egreso se sabe que ya viene con cardiopatía congénita, y el personal de salud puede estar preparado para resolver oportunamente las necesidades que pueda tener el infante”, describió.
Son gracias a estas acciones, que el 90% de los pacientes con cardiopatía congénita pueden llegar a una etapa adulta, y ser personas productivas, tanto académicamente, como en el entorno social.
El 14 de febrero se conmemora el Día Internacional de las Cardiopatías Congénitas, en honor a los pequeños que las padecen y a sus familias.
Lo importante es estar siempre pendientes de que la salud del niño no se deteriore por su padecimiento, y reconocer las señales de alarma que pudieran indicar, ya sea una cardiopatía, sino se tiene conocimiento de la misma, o que se esté sufriendo un choque cardiogénico.
HASTA 18 MIL AL AÑO
“El análisis demográfico en México nos dice que nacen entre 12 a 18 mil niños con cardiopatía congénita al año, y de esos, 12 mil en algún punto van a necesitar cirugía, afortunadamente el 80% son cirugías que no necesitan ser al nacer, ni en el primer año, sino que se pueden hacer de forma planeada, y cuando la fuerza del paciente sea mayor.
“Es muy importante identificar síntomas de los niños con cardiopatía, como que color de la piel, en los niños con cardiopatía congénita, puede presentar el color de las uñas morado, y los labios cianóticos, que también son morados, o con coloración azulada”, describió.
Los bebés con cardiopatía suelen batallar para comer, tanto del biberón, como de la leche materna, respiran de manera más agitada, sudan mucho cuando comen o hacen el mínimo esfuerzo, y en ocasiones pueden sufrir desmayos debido al esfuerzo.
Camacho Castro recomendó a los futuros padres que desde el embarazo soliciten a su ginecólogo un tamiz gestacional, o ultrasonido estructural, para detectar una posible cardiopatía.
Y si notan uno o más síntomas como los ya mencionados en un menor, que acudan con un médico cardiólogo pediatra para una valoración inmediata.
NO PAREN DE LUCHAR
Yahaira Huguez es mamá de María Regina Serrano, una menor de 5 años de edad, que nació con cardiopatía congénita.
La menor, quien además tiene Síndrome de Down, fue diagnosticada con un problema en el corazón desde que Yahaira tenía seis meses de embarazo, siendo gracias a esto que el personal de salud que la atendió en ese momento, pudo estar preparado.
“Yo estaba embarazada cuando me detectaron que la niña tenía una cardiopatía, a los seis meses de gestación. Ese mismo día, apenas me dijeron del problemita, tuve una cita con una cardióloga pediatra.
“Desde entonces los tres meses siguientes nos estuvieron checando, y hablando de los riesgos. Para mí si fue algo que me causó muchas emociones, miedo, confusión, incertidumbre, porque no sabía qué podía pasar cuando fuera a nacer”, recordó.
Afortunadamente, María Regina pudo respirar adecuadamente al nacer, y fue revisada por los expertos de salud, para identificar los riesgos por su cardiopatía.
De inmediato, Yahaira se dio cuenta de que su vida y crecimiento no sería igual que la de sus hermanos mayores, ya que tenía muchas dificultades para hacer las cosas más mínimas.
“El crecimiento de Regina fue mucho más lento, pesó menos de 6 kilos hasta que estuvo tres años, más o menos. Su forma de respirar era muy rápida, como agitada, y hasta su forma de interactuar con otros niños era diferente.
“El problema que ella tiene no la dejó desarrollarse adecuadamente, aun cuando sabíamos que eso podía pasar por el síndrome de Down, estoy convencida de que la cardiopatía alentó aún más su desarrollo”, describió.
A sus 5 años de edad, María Regina ha sido operada en dos ocasiones de corazón abierto, una de ellas la recibió en Hermosillo, y la otra en Ciudad de México, por medio de la asociación Kardias.
Ambas cirugías significaron un gran esfuerzo y lucha por parte de sus padres, quienes hicieron actividades, campañas de difusión, y esfuerzos para conseguirlas.
Yahaira recomendó a los padres de niños con cardiopatía que no dejen de luchar por el bienestar de sus hijos en ningún momento, ya que cada minuto para ellos cuenta, y sus vidas son lo más importante.
Si el ginecólogo lo detecta antes del nacimiento, en el momento del egreso se sabe que ya viene con cardiopatía congénita, y el personal de salud puede estar preparado para resolver oportunamente las necesidades que pueda tener el infante”
Anahí Camacho Castro Cardióloga Pediatra
Si se detecta, por ejemplo, en detección prenatal, es decir, si el ginecólogo lo detecta antes del nacimiento, en el momento del egreso se sabe que ya viene con cardiopatía congénita, y el personal de salud puede estar preparado para resolver oportunamente las necesidades que pueda tener el infante”
Anahí Camacho Castro
Cardióloga Pediatra
El crecimiento de Regina fue mucho más lento, pesó menos de 6 kilos hasta que estuvo tres años, más o menos. Su forma de respirar era muy rápida, como agitada, y hasta su forma de interactuar con otros niños era diferente”.
Yahaira Huguez Mamá de María Regina