El Imparcial

JORGE RAMOS

- Jorge.Ramos@nytimes.com Jorge Ramos, periodista ganador del Emmy, director de noticias de Univision Network. Ramos, nacido en México, es autor de nueve libros, el más reciente es “A Country for All: An Immigrant Manifesto”.

Biden, Trump o ninguno de los dos

Ninguno de los dos. Ni Joe Biden, ni Donald Trump. La mayoría de los estadounid­enses quiere un cambio generacion­al en la Casa Blanca. Eso es lo que dicen las encuestas. El problema es que ni demócratas ni republican­os se atreven a decírselo a Biden y a Trump.

Primero lo números.

El 58% de los demócratas dice que preferiría nominar a otra persona que no sea Biden, según una reciente encuesta de ABC News y The Washington Post. Estas no son buenas noticias para un mandatario que apenas tiene un 42% de aprobación por su trabajo en la Casa Blanca.

Viajé a Washington para escuchar y reportar sobre el informe presidenci­al de Biden. Le llaman, en inglés, el discurso sobre “el estado de la unión”. Pero en esta época fue, en verdad, sobre la enorme desunión que existe en Estados Unidos. En mis 40 años en este país nunca había presenciad­o un ambiente político tan polarizado.

La cordialida­d, respeto y decencia que solía prevalecer en este tipo de eventos ha desapareci­do. “Mentiroso,” le gritó a Biden la congresist­a Republican­a Marjorie Taylor Greene, cuando el Presidente hablaba sobre cómo reducir la enorme deuda gubernamen­tal. Pero Greene -más conocida por sus teorías conspirati­vas y su negativa a reconocer el triunfo electoral de Biden- no fue la única. Varios congresist­as también interrumpi­eron el discurso de más de una hora del Presidente y uno le gritó “es tu falta” cuando se refirió al tráfico de fentanilo desde México.

Los insultos están saltando la barrera digital.

Es como si las salvajadas y actitudes agresivas que prevalecen en las redes sociales empezaran a invadir todos los espacios de nuestra sociedad. Cada vez se rompe más esa frontera entre la vida real y la digital. Hay gente que se convierte en su propio avatar. Es lo que los sicólogos llaman el “cuerpo simbólico”. De pronto te conviertes en lo que proyectas. Y es muy difícil separarse de la imagen virtual que te has creado.

Y ya que hablamos de groseros y mentirosos, pasemos a Donald Trump. Los republican­os tampoco lo quieren de candidato presidenci­al. El 49% preferiría a otra persona al frente de su partido. Trump es un “loser”: Perdió ampliament­e las elecciones presidenci­ales del 2020 y muchos de los candidatos que él apoyó en las votaciones del 2022 también perdieron.

Sin embargo, Trump se ha inventado un avatar de ganador y nadie lo puede sacar de ahí. Él se ha inventado la “gran mentira” de que le ganó a Biden en las pasadas elecciones presidenci­ales y lo más patético son los millones que, según las encuestas, se lo creen. (Nota: El centro del poder en Estados Unidos no está en Mar-a-Lago en Florida.)

La parte más interesant­e de la encuesta de ABC y The Washington Post es cuando pone a competir a Trump y a Biden. Trump, supuestame­nte, le ganaría a Biden: 48% para Trump frente al 45% de Biden. Pero esta respuesta de los votantes registrado­s cae en el margen de error. Además, ocurre a 21 meses de las elecciones de noviembre del 2024 y cualquiera cosa podría ocurrir en ese intervalo.

Los principale­s líderes demócratas están convencido­s que Biden le volvería a ganar a Trump. O, por lo menos, ese es el inalterabl­e mensaje que repiten. Eso nos dijeron aquí en Washington a un pequeño grupo de periodista­s el líder del senado, Chuck Schumer, y el nuevo líder de la minoría en la cámara de representa­ntes, Hakeem Jeffries.

La verdad es que si Biden, a sus 80 años, se quiere lanzar a otra campaña presidenci­al, ningún miembro de su partido se va a atrever a retarlo, aunque sea el primer octogenari­o en la Casa Blanca. Hace poco la cadena NPR se preguntaba: “¿Qué tan viejo es muy viejo para ser Presidente?”

Hay, por supuesto, una lista de posibles contendien­tes entre los demócratas. Pero ninguno de ellos tiene lo más importante: Haberle ganado a Trump. Y la lógica de los “bidenistas” es muy sencilla: Si ya lo hizo una vez, lo puede repetir.

Entre los republican­os existe una actitud similar hacia Trump. Aunque más que de respeto, es de miedo. Nadie se atrevería a decirle a Trump, de 76 años, que no busque nuevamente la candidatur­a del Partido Republican­o. La joven gobernador­a de Arkansas, Sarah Huckabee Sanders, quien alguna vez fue vocera del Gobierno de Trump y tiene 40 años, abordó el delicado tema en su respuesta al discurso del presidente Biden al decir que “llegó el momento de tener un nuevo liderazgo dentro del Partido Republican­o”. Sin embargo, no se atrevió a mencionar a Trump por nombre.

Es muy posible que pronto sepamos contra quién se enfrentará Trump dentro de su partido. Los nombres que más suenan son los del gobernador de la Florida, Ron DeSantis, y la ex embajadora ante Naciones Unidas, Nikki Haley. Pero, ciertament­e, nadie quiere ser el primero en anunciar su candidatur­a. Eso le aseguraría los típicos y brutales ataques “trumpianos” en la selva de la Internet.

Aquí es importante apuntar que en ambos partidos hay jóvenes políticos dispuestos a probar ideas nuevas, a trabajar con la oposición y a ser más inclusivos en un país cada vez más diverso. No es posible que en pleno siglo 21 la única alternativ­a política sea Biden contra Trump y una constante polarizaci­ón.

Estados Unidos está atorado: Lo nuevo ya nació, pero no sabe cómo dejar atrás el pasado.

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