Disfrutan nevada en “La Pirinola”
Nogalenses acuden al popular cerro tras la primera nevada de la actual temporada invernal
Yo acababa de salir, a las 07:00, de mi trabajo en la maquiladora, y cuando me iba a subir al carro volteé para los cerros y miré que estaban blancos. El que está detrás de ‘La Pirinola’ se veía más bonito porque tiene más nieve”.
María del Carmen Luna Ciudadana nogalense
NOGALES.- Mientras sus hijos corrían y reían, como si nada, entre la escarcha de nieve, a las faldas del cerro “La Pirinola”, María del Carmen Luna, los observaba frotándose frenéticamente las manos, por el frío congelante que en esos momentos se dejaba sentir, ayer por la mañana.
Eran las 08:00 horas, la temperatura marcaba los 2°C con una sensación térmica de -2°C, según indicaba un canal del tiempo, pero ese dato no era creíble, calificó María del Carmen, “ha de ser para la ciudad ya que no aguanto los cachetes y manos congeladas por el viento helado”.
Comentó que hacía varios años que no veía así el cerro y que eso les causaba novedad a sus 4 hijos por lo que decidió llevarlos ante el regocijo de ellos cuando les dijo que si querían ir a la nieve.
“Yo acababa de salir, a las 07:00, de mi trabajo en la maquiladora, y cuando me iba a subir al carro volteé para los cerros y miré que estaban blancos. El que está detrás de ‘La Pirinola’ se veía más bonito porque tiene más nieve.
“En cuanto llegué a la casa les dije a mis hijos que sí querían ir a ver y enseguida ya casi estaban arriba del carro con todo y ‘piyamas’, ni de la escuela se acordaron. Ellos, encantados. Hasta el ‘Tuntún’ (su mascota) se vino, manifestó la residente de Alegranza Residencial, ubicada a unos cuantos minutos del lugar.
Sus hijos, Rosa María, Paola, Magda y Mario, coincidieron que iban con toda la intención de hacer bolas de nieve para jugar a las “guerritas”, pero su mamá les advirtió que no lo hicieran o los iba a castigar, además que no era muy profunda la nieve.
Al final todos bajaron hasta la base de “La Pirinola” donde “Tuntún” parecía ser el que más disfrutaba moviendo la cola, corriendo alegremente, atravesándose entre ellos. Luego subieron al vehículo y se marcharon. Otros ciudadanos comenzaron a llegar, con cámaras para tomarse “selfies” o grabar el panorama.