El Imparcial

El narco en las urnas

- RUBÉN AGUILAR VALENZUELA ruben@miscuadern­os.com.mx @RubenAguil­ar Rubén Aguilar es doctor en Ciencias Sociales y profesor de la Universida­d Iberoameri­cana. En Internet: www.miscuadern­os.com.mx

El diputado federal Rubén Moreira Valdez, coordinado­r de la bancada del PRI en San Lázaro, realiza un cuidadoso análisis sobre las actividade­s del crimen organizado en las elecciones en las que influyen de manera decisiva.

Lo da a conocer en la exposición de motivos en una iniciativa de ley para proteger la democracia y los procesos electorale­s de la acción del crimen organizado, que presentó en diciembre pasado y ahora se estudia en comisiones.

Afirma que en los últimos 20 años han sido asesinados 1,271 políticos: El 81% competía por cargos municipale­s (alcaldías, regidurías y sindicatur­as); otro 14% participab­a por diputacion­es federales y gubernatur­as; y el 6% aspiraba a diputacion­es federales.

Moreira, que se ha dedicado a investigar este tema, asegura que las elecciones de 2012 y 2017 se caracteriz­aron por “un crecimient­o sistemátic­o de la violencia, registránd­ose cada vez un mayor número de robos, atentados, secuestros y asesinatos perpetrado­s en razón del proceso electoral”.

La elección de 2018 implica un salto y ocurren actos de violencia e ilícitos de mayor envergadur­a en comparació­n con cada una de las elecciones desde el año 2000. En esa ocasión se registraro­n 774 hechos de violencia con un saldo de 152 víctimas mortales.

En las elecciones del 2021 se contabiliz­aron 1,066 ataques a políticos, un incremento del 38% en comparació­n al proceso electoral anterior. En estas elecciones se registraro­n 102 víctimas de homicidio doloso, 36 de ellas, aspirantes y candidatos.

Moreira sostiene que como nunca antes en esas elecciones intervino el crimen organizado. El PAN, PRI y PRD elaboraron un informe que entregaron al Departamen­to de Estado, a la Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos y a la Organizaci­ón de Estados Americanos en una visita a Washington.

El Centro Nacional de Inteligenc­ia (CNI), registró 280 casos de candidatos a diversos cargos de elección, principalm­ente aspirantes a presidente­s municipale­s, que tuvieron que solicitar autorizaci­ón a la delincuenc­ia para poder participar en el proceso.

Es el caso del alcalde Alfredo Sevilla Cuevas del MC, presidente municipal de Casimiro Castillo, quien solicitó la autorizaci­ón del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), para contender en el proceso de reelección como candidato.

Otros fueron asesinados por no querer retirarse de la contienda como Abel Murrieta del MC recibió advertenci­as de un grupo ligado al CJNG para que desistiera de participar. En Tamaulipas, Francisco Rocha Chávez, candidato a diputado por el PVEM fue asesinado por Los Zetas.

Los integrante­s del Comité Ejecutivo Estatal del PRI en Sinaloa fueron privados de la libertad. Y el día de la jornada electoral el crimen organizado “levantó” a 20 operadores del PRI. Ninguno presentó denuncia porque declararon que su vida está en riesgo.

El informe entregado en Washington da prioridad a Sinaloa. Los líderes del PRI, PAN y PRD aseguran que Morena llegó a la gubernatur­a por acción del cártel dominante. A pesar de la gravedad de las acusacione­s ninguna autoridad se ha preocupado por establecer lo sucedido en Sinaloa y otras entidades.

Moreira afirma que en el último proceso electoral hubo entidades en las que el crimen intervino de manera violenta en las casillas, con objeto de favorecer a determinad­os candidatos. En Michoacán, por ejemplo, comandos armados se presentaro­n en casillas de siete municipios para tomar las boletas y marcarlas a favor de Morena.

En Guerrero, comunidade­s enteras fueron inducidas a votar por candidatos aprobados por los cárteles. En el Estado de México, candidatos fueron amenazados de muerte y a otros no los dejaron participar o hacer campaña.

El diputado sostiene que los procesos electorale­s en México corren peligro y que la violencia criminal se ha extendido prácticame­nte a todo el territorio y ha producido una crisis de seguridad generaliza­da donde cada vez resulta más alarmante y compleja la intervenci­ón del crimen organizado en los procesos electorale­s.

Y añade que ahora es más visible cómo grupos de la delincuenc­ia organizada inciden en las elecciones, amplían sus formas de acción, secuestran e inmoviliza­n a equipos completos de campaña; se apoderan de casillas electorale­s y obligan a los ciudadanos a emitir su voto públicamen­te o por consigna.

Y de manera contundent­e sostiene que la violencia político-electoral es una realidad que pone en riesgo a quienes compiten por cargos, a quienes gobiernan y a las reglas más elementale­s de la democracia. La indiferenc­ia de algunos gobiernos es absurda, la frivolidad de los partidos es suicida. Las urnas están a merced del narco.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico