Matrimonio de tres (o más)
El “matrimonio poliamoroso” o simplemente poliamor llegó a los juzgados mexicanos. En realidad es una modalidad de reclamo que apenas comienza pero ya estableció un precedente jurídico: Fue en San Andrés Cholula, Puebla, hace poco más de un año cuando un hombre, tras haber solicitado casi dos años antes un amparo que le permitiese casarse con dos mujeres al mismo tiempo, finalmente el juez resolvió concedérselo toda vez que no encontró impedimento constitucional para que se casara así una vez argumentado que esa era su preferencia sexual abriéndose así la posibilidad legal del poliamor en México. La idea del poliamor nació en los años sesenta del pasado siglo en comunidades hippies de California designándose en inglés como “polyamory” pero pasó pronto con el desvanecimiento de tales colectivos. Más recientemente, con la popularización del reconocimiento legal de las uniones de convivencia homosexuales surgieron iniciativas de este nuevo tipo de unión equiparándola semánticamente a un matrimonio, siendo la primera ocasión en 2012 en Brasil cuando se casaron dos mujeres y un hombre y después otra entre tres mujeres en 2015 y también ese mismo año una de tres hombres en Tailandia. No estamos hablando de poligamia -poliginiapues en el casamiento poliamoroso no existen niveles jerárquicos entre los tres o más convivientes, pues el varón es el que decide casarse con dos o más mujeres siendo él el quicio de esa unión, sino que en el poliamor quienes se casan conservan todos el mismo nivel, mismos derechos e iguales obligaciones, además puede tratarse del casamiento de un hombre con dos o más mujeres, de una mujer con dos o más hombres, o de dos o más hombres o mujeres con dos o más personas del sexo que sea e incluso se considera esta unión entre personas homosexuales, bisexuales, transexuales e incluso no binarias, es decir, ni hombre ni mujer. Realmente aquella no fue una concesión de amparo por preferencia sexual pues el “matrimonio” poliamoroso es una forma de relación y no propiamente una preferencia sexual pero, bueno, a fin práctico resultó lo mismo. La SCJN atrajo el caso y más adelante definirá cómo considera la sentencia del Juzgado de Distrito de Puebla. Me encuentro un sitio de YouTube con más de 500 mil suscriptores (“La Papaya”) que en un video sobre el poliamor menciona que en México habría unas siete mil personas poliamorosas y que en los Estados Unidos entre el 4 y 5% de las personas practican el poliamor (supongo que a nivel de “noviazgo”) y menciona como antecedentes famosos de poliamor a Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir en sus relaciones independientes. Por otro lado, encuentro también un video español de BBVA tratando igualmente el tema entre varios adolescentes y jóvenes y en el que se menciona a una científica de la Universidad de Ontario, Canadá, que entrevistó a más de cuatro mil personas revelando que la mayoría de los poliamorosos son actualmente bisexuales u homosexuales y que entre los monógamos prevalecen los heterosexuales. Bueno, pues he aquí cómo va naciendo otra modalidad de vida romántico-erótica que deja ya un poco lejos a la “ya convencional” modalidad de unión de convivencia homosexual entre sólo dos. En la acelerada y convulsiva ola de cambios románticos que crece más y más es de preverse que irán surgiendo otras formas de convivencia sexual que podrían partir de esta nuestra civilización tecno-cibernética e incluso de la naciente extra-valoración de otras especies sintientes de las que ya se habla más de su mundo afectivo. Es tan fácil perder el rumbo cuando a la tecnología y al Derecho se les aleja del criterio ético.
PLAZA ZARAGOZA
En buen ánimo democrático nadie debe ser denostado, agraviado o injuriado por decidir expresar libremente su respaldo a una iniciativa que por su convicción considere legítima y conveniente para su Patria asistiendo mañana domingo por la mañana a más de 80 plazas populares del País, entre ellas la Plaza Zaragoza de esta ciudad.