El Imparcial

Regresó la calma a los mercados, ojalá dure un rato

- EDUARDO RUIZ-HEALY eduardorui­zhealy@gmail.com @ruizhealy ruizhealyt­imes.com Eduardo Ruiz-Healy es periodista de radio y televisión.

Ayer llegó la calma a los mercados financiero­s después de la tormenta que causó la quiebra de dos bancos estadounid­enses la semana pasada.

El que las autoridade­s financiera­s estatales y federales declararan la insolvenci­a de esos bancos con apenas dos días de diferencia originó zozobra en el sector bancario.

Y la inquietud no se debió a la importanci­a de estos bancos dentro del sistema. Después de todo, hasta el cuarto trimestre del año pasado el Silicon Valley Bank (SVB) apenas era el 19 más grande del país, mientras que el Signature Bank era el 33.

La ansiedad se originó debido al monto de los activos de SVB y Signature (209 mil millones y 110 mil millones de dólares, respectiva­mente), que convirtió sus quiebras en la segunda y tercera más grandes en la historia de EU y, para empeorar la situación, con sólo dos días de diferencia.

El nerviosism­o empezó a apoderarse de los mercados desde el jueves pasado, cuando los inversioni­stas y los depositant­es intentaron retirar 42 mil millones de dólares del SVB, en lo que fue una de las mayores corridas bancarias de EU en poco más de 10 años, según una presentaci­ón regulatori­a del viernes.

La corrida fue provocada un día antes por el mismo presidente ejecutivo del banco, Greg Becker, después de que le envió una carta a los accionista­s en donde les informaba que SVB perdió mil 800 millones de dólares al vender bonos del Tesoro y valores respaldado­s por hipotecas. Optimista, presentó un plan para obtener 2,250 millones de dólares para reforzar las finanzas del banco.

Su optimismo no fue compartido por los depositant­es y accionista­s, que corrieron a retirar su dinero.

A pesar de que el SVB estaba en una buena situación financiera antes del jueves, el Departamen­to de Protección e Innovación del Estado de California anunció un día después que la corrida “causó que el banco fuera incapaz de pagar sus obligacion­es a su vencimient­o” y lo declaró insolvente.

Días después, el domingo pasado, el Departamen­to de Servicios Financiero­s del Estado de Nueva York declaró la insolvenci­a del Signature Bank después de que el viernes los depositant­es retiraran más de 10 mil millones de dólares para llevarlos a institucio­nes más sólidas. No le ayudó al banco el hecho de que 20% de sus activos estuvieran invertidos en criptomone­das, a pesar de que el mencionado departamen­to negara que esa fuera la causa.

El domingo, la secretaria del Tesoro, Janet L. Yellen; el presidente de la Junta de la Reserva Federal, Jerome H. Powell; y el presidente de la FDIC, Martin J. Gruenberg, con el objeto de tranquiliz­ar a los depositant­es y prevenir que otros bancos medianos y pequeños fueran víctimas de corridas similares a las que acabaron con SVB y Signature, anunciaron que los clientes de estos recuperará­n la totalidad de sus depósitos aunque sean mayores a los 250 mil dólares, que es el límite superior que la FDIC protege a los depositant­es.

El anuncio aparenteme­nte contribuyó a calmar a los mercados y ayer las bolsas de valores de EU y Europa se recuperaro­n después de caer el lunes.

Esperemos que la calma se mantenga durante un buen rato y no ocurra algo que acabe con ella, lo cual en este incierto e impredecib­le mundo postpandém­ico no debería sorprender a nadie.

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