El Imparcial

“La discapacid­ad más grande es el miedo”

Nada detuvo a Armando Ramos Salazar para terminar su carrera como licenciado en Cultura Física y Deporte

- POR JORGE LÓPEZ jlopez@elimparcia­l.com

‘ ‘Siempre hay que tener una actitud positiva, que es lo que me ayudó a mí. El éxito no llega solo, no va a llegar con quien esté sentado con una sonrisa. ¡No! El éxito hay que trabajar por él, hay que buscarlo, hay que perseguir sus sueños en base a dedicación, constancia y es lo que me ayudó a mí”

Armando Ramos Salazar Licenciado en Cultura Física y Deportiva por la Universida­d de Sonora

“La discapacid­ad más grande que tiene el ser humano es el miedo”, afirmó Armando Ramos Salazar, de 30 años, quien hace más de una década sufrió dos derrames cerebrales que le causaron discapacid­ad motriz, pero eso no le impidió alcanzar el éxito.

La valentía, perseveran­cia y las ganas inmensas de vivir, permitiero­n al joven hermosille­nse cumplir uno de sus más grandes sueños y terminar su licenciatu­ra en Cultura Física y Deporte, en la Universida­d de Sonora.

Armando platicó que desde niño soñaba con ser maestro de educación física, pues siempre le gustaron los deportes y quería enseñar a los demás sus conocimien­tos, pero jamás se imaginó que la vida le cambiaría por completo.

Cuando tenía 17 años sufrió un derrame cerebral mientras se ejercitaba, causado por un angioma cavernoso que se le desarrolló en el tallo del cerebro y que los médicos diagnostic­aron como congénito.

En menos de dos años, tuvo dos derrames cerebrales que le afectaron su capacidad motriz y quedó casi imposibili­tado para moverse.

“Hubo un momento en que dije: ‘No, ya me pasó esto del derrame cerebral, ya mi vida terminó, ya no voy a estudiar nada. Voy a dedicarme a la rehabilita­ción solamente y el estudio lo voy a hacer a un lado’”, recordó.

Fueron ocho años de terapia física y rehabilita­ción.

“Inicié rehabilita­ción y avancé lo que podía avanzar, hacía ejercicio y ya no avanzaba, me puse a reflexiona­r. Hice una introspect­iva de lo que yo quería y dije: ‘¡No! Quiero terminar mis estudios’.

“Le pregunté a mi madre: ‘¿Cómo la ve usted si dejo la rehabilita­ción a un lado y me dedico a estudiar?’. – ‘No, pues haz lo que tú quieras y lo que te hace feliz’”, agregó.

EN BUSCA DE UN SUEÑO

“Panchita”, su mamá, fue la primera en apoyarlo y de inmediato acudió a la Universida­d de Sonora para averiguar si la discapacid­ad de su hijo era impediment­o para que estudiara la carrera.

Gran sorpresa se llevó Armando al enterarse de que podía estudiar deporte en la Universida­d de Sonora y luego de pasar el examen de admisión, se convirtió en el primer alumno con discapacid­ad motriz que estudiaba la licenciatu­ra en Cultura Física y Deporte.

“Mi experienci­a fue igual que siempre que comienzas una cosa nueva y no sabes qué va a pasar. Llegué y normal, todos ahí viendo porque nunca se había dado que aquí, en la licenciatu­ra, hubiera alguien con discapacid­ad física, dado que aquí, todo es del cuerpo.

“Conforme fue pasando el tiempo, se fueron dando cuenta que yo sabía, que estaba aquí porque me gustaba la carrera, que yo no quería venir a perder el tiempo. Se podría decir que yo amaba lo que hacía”, externó.

Así fue como lleno de sueños y esperanzas se ganó el respeto y admiración de sus compañeros, además de sus maestros, quienes le brindaron lo mejor de sí para que Armando lograra salir adelante.

Armando está en proceso de cumplir otro de sus sueños, que es el terminar su maestría y conseguir un trabajo que lo haga sentir independie­nte y hacer lo que más le gusta: Enseñar educación física.

Está en proceso de terminar su primer cuatrimest­re de maestría en Cultura Física y Deporte en la Universida­d Contemporá­nea de las Américas, ubicada en Zitácuaro, Michoacán y las clases las lleva en línea.

Destacó que le gustaría conseguir un trabajo o beca, pues cada cuatrimest­re le cuesta más de 8 mil pesos y sus padres lo pagan, situación que le preocupa mucho, pues siente que ya han hecho bastante por él.

AGRADECIMI­ENTO

Una de las piezas clave para que lograra terminar su carrera fue Panchita, su madre. “Esto se lo dedico a mi madre, en primer lugar, ya que ella fue la que estuvo apoyándome, me traía todos los días.

“Estaba conmigo ayudándome a escribir las notas porque no puedo escribir”, expresó, “tenía que escribir en mis exámenes y ella compartió un poquito de su tiempo, se podría decir, estar conmigo, porque no cualquier madre hace eso por sus hijos”.

 ?? ?? l Armando se graduó y fue reconocido como el alumno con el mejor promedio de la generación de la División de Ciencias Biológicas y de la Sa
l Armando se graduó y fue reconocido como el alumno con el mejor promedio de la generación de la División de Ciencias Biológicas y de la Sa

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico