ALFONSO HERRERA VUELVE A SUS RAÍCES
En entrevista, el ex RBD habla de su participación en “¡Que viva México!”, la nueva película de Luis Estrada
Aunque su trabajo últimamente es en producciones en Estados Unidos, Poncho Herrera regresa a su país natal con “¡Qué viva México!”, una historia de Luis Estrada, película que dijo lo representa y lo reta como actor.
“Te seré honesto, a mí el Norte no me quita el sueño, a mí lo que me interesa es trabajar, me interesa contar historias que me gusten, personajes que me reten y las películas de Luis son las más complejas y que me genera satisfacción, son películas que me representan”, sostuvo el ex integrante de RBD.
En entrevista vía zoom para Grupo Healy, el artista puntualizó que esta historia no solo lo representa a él, sino a sus raíces, su cultura, su familia y amigos.
“¡Qué viva México!”, que se estrenará este 23 de marzo, es una sátira política del País azteca, de un director que se burla de la realidad mexicana, tal cual lo hizo en películas como “El Infierno”, “La Dictadura Perfecta” y “La Ley de Herodes”.
Retratar la vida política de México, no ha estado lejos de la vida de Herrera, quien también participó en “La dictadura perfecta” en 2014 y de manera reciente en “El baile de los 41” en 2020.
“Lo que trato de hacer es encontrar historias que me reten, que me parezcan interesantes, personajes que me reten como Pancho Reyes (su personaje) de ‘Viva México’, que es de los que más me ha retado”, sostuvo.
Herrera recibió el guión de 200 páginas, un personaje que le tomó cinco meses y medio, en medio de la filmación de una serie en Atlanta.
“Fue un guión que tuve que desglosar mucho, fue un personaje soñado que demanda mucho,
pero fue un disfrute total, con una responsabilidad muy grande, en medio de una caja de bateo, por decirlo así”, puntualizó.
Ignacio de la Torre y Mier y ahora Pancho Reyes, son dos papeles que si bien no buscó del todo, han sido grandes apuestas en su carrera como actor.
“Lo que me parece interesante es que representan dos momentos interesantes en la historia de México, y en esta última es lapidario, ácido, divertido, porque son espejos gigantes con los que nos enfrentamos y confrontamos a una realidad”, consideró Herrera.