El Imparcial

Cien son más que uno

- RUBÉN AGUILAR VALENZUELA ruben@miscuadern­os.com.mx @RubenAguil­ar Rubén Aguilar es doctor en Ciencias Sociales y profesor de la Universida­d Iberoameri­cana. En Internet: www.miscuadern­os.com.mx

El 26 de febrero pasado un conjunto de más de 100 organizaci­ones de la sociedad civil organizada, invitaron a una concentrac­ión nacional en contra de la reforma electoral propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador y en defensa de la autonomía del Instituto Nacional Electoral (INE).

La ciudadanía aceptó la invitación y se hizo presente en las plazas públicas de por lo menos 100 ciudades. Los cálculos más conservado­res estiman que el total de las personas reunidas en esos espacios sumó entre 500 mil y 600 mil.

En una veintena de ciudades del mundo grupos de mexicanos también se manifestar­on sumándose a las concentrac­iones de México. Así, en total hubo 120 reuniones en otros tantos sitios.

Una caracterís­tica fundamenta­l de todos estos encuentros es que las personas participar­on de manera libre y llegaron a las plazas por su propia cuenta.

En respuesta a estas 120 concentrac­iones, el presidente invitó, en su comparecen­cia mañanera, a una que tendría lugar el 18 de marzo en el Zócalo de la Ciudad de México, para celebrar la Expropiaci­ón Petrolera.

Son 100 mil las personas que caben en el Zócalo, como lo han señalado diversas instancias a partir de mediciones en la plaza, entre ellas la propia Policía de la Ciudad de México.

El pasado sábado, por la disposició­n del Zócalo, una parte ocupada por sillas para invitados, que se colocaron frente a Palacio Nacional, reunió a menos de 100 mil personas.

La gran mayoría de las que se hicieron presentes fueron llevadas por las estructura­s de Morena o de gobiernos de Morena, a los que se les dieron cuotas con el número de “acarreados” a reunir.

La diferencia en números entre las dos concentrac­iones invita a la reflexión. En una hubo 120 ciudades con 500 mil o 600 mil participan­tes y en la otra solo en una ciudad y menos de 100 mil asistentes.

Quien organizó la primera fue la sociedad civil y la segunda el Gobierno federal. Una primera conclusión: La sociedad civil organizada es más capaz de convocar a la ciudadanía que el Gobierno.

La sociedad civil organizada, a la que sistemátic­amente ataca el presidente López Obrador, debe ser más consciente de su capacidad de convocator­ia y de su poder.

A partir de esta fuerza, que es evidente, debe pensar con cuidado los pasos a dar, para modificar la actual correlació­n política en el País.

Los partidos políticos de oposición son quienes tienen los registros oficiales para participar en las elecciones, eso no está en duda, pero no tienen la capacidad de convocator­ia de la que goza la sociedad civil.

Urge la acción concertada de los partidos y la sociedad civil organizada, que es estratégic­a y va más allá de sólo las candidatur­as a puestos de elección popular.

Al sentarse a la mesa se debe partir de dos realidades, ya mencionada­s: Los partidos tienen los registros para participar en las elecciones y la sociedad civil la capacidad de movilizar a la ciudadanía.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico