El Imparcial

JUEGOS DE PODER

El error de menospreci­ar a Xóchitl

- LEO ZUCKERMANN leo.zuckermann@cide.edu @leozuckerm­ann Leo Zuckermann es analista político / periodista y conductor de un programa de opinión en televisión.

Siempre he dicho que Xóchitl Gálvez es la mejor candidata presidenci­al para la oposición, y lo sostengo. Como muchos, pienso que perdió mucho tiempo para encontrar un estilo y mensaje una vez que amarró la candidatur­a. Creo, como ya han adelantado algunos colegas, que su acto de cierre de las precampaña­s del domingo pasado fue un punto de inflexión para bien.

Por fin apareció la Xóchitl alegre, combativa y, sobre todo, con un mensaje que puede resonar en el electorado.

En un discurso breve, bien redactado y leído con pasión, la candidata habló de la pérdida de tres valores -la vida, la verdad y la libertaddu­rante este sexenio. Ofreció los argumentos y la evidencia que sustentan dicha privación.

Ergo, si esas tres cosas se han perdido, el País requiere recuperarl­as. Xóchitl se propone hacerlo. La candidata opositora finalmente nos da las razones de por qué votar por ella. Puede gustar o no, pero ya hay un discurso con sustento que puede repetirse fácilmente: Vida, verdad y libertad.

Desafortun­adamente para Gálvez, este punto de quiebre llega en un mal momento. Debido a la estúpida ley electoral que tenemos, viene el llamado “periodo de inter-campañas”, donde los candidatos están obligados a desaparece­r de la escena. Una absoluta tontería que afecta más a los candidatos que traen buen momentum electoral.

No dudo que Xóchitl busque maneras para seguir haciendo campaña con las típicas simulacion­es mexicanas. Sin embargo, perderá 41 días de spots de radio y televisión que son críticos en las elecciones presidenci­ales. Los anuncios podrán retomarse hasta el primero de marzo.

A eso hay que sumar que la mayoría de los medios de comunicaci­ón nacionales no le han dado mucho espacio noticioso a Gálvez, sea por presiones de Palacio Nacional o por decisión propia. Doy un dato: De todos los principale­s periódicos que se publican en la Ciudad de México, solo uno reportó en su portada el cierre de Xóchitl el domingo pasado.

Así que, entre una cosa y otra, la candidata opositora la tiene cuesta arriba. Sobre todo porque las encuestas la ponen en un lejano segundo lugar frente a Claudia Sheinbaum, con una diferencia de dos dígitos.

Soy de los que piensan que de ninguna forma podemos decir que este arroz ya se coció. Sí, Claudia va arriba. Sí, Morena es el partido que tiene mayor posibilida­d de ganar la elección presidenci­al. Sí, Xóchitl tiene una probabilid­ad más baja. Pero una probabilid­ad baja no es una probabilid­ad nula. Las campañas siempre están llenas de sorpresas, errores y aciertos.

Ahora que Gálvez ha encontrado un mensaje, creo que puede dar la pelea.

Los que no piensan eso, para fortuna de ella, son los morenistas que están convencido­s de su triunfo. Ya se están repartiend­o el arroz cocido. Para Claudia, todo es cuestión de no arriesgars­e estos meses que faltan para la elección y evitar equivocaci­ones.

En este sentido, menospreci­an a Xóchitl.

Están convencido­s que no hay forma que los alcancen. Cuando eso sucede, las campañas se llenan de hibris: La desmesura de la arrogancia. Y eso inevitable­mente lleva a cometer errores.

Es una vieja historia. Aquí lo vimos en 2006. Según todas las encuestas, López Obrador tenía ganada esa elección. En un lejano tercer lugar se encontraba el panista Felipe Calderón. El lopezobrad­orismo siempre lo menospreci­ó. De ninguna forma Calderón le podía ganar al todopodero­so y popular ex jefe de Gobierno de la Ciudad de México.

Calderón, que comenzó muy mal su campaña y luego corrigió, fue subiendo poco a poco. Entre más subía en las encuestas, más lo desdeñaban AMLO y compañía. En un arrebato de hibris, el entonces perredista decidió no ir al primer debate presidenci­al. Le dejó el terreno completo a Felipe, que lo aprovechó con creces.

Este fin de semana, Claudia le lanzó un puya a Xóchitl con respecto a García Luna. Con buen tino, Gálvez le reviró diciéndole que le pregunte a su colaborado­r, Omar García Harfuch.

¿Y qué hizo Sheinbaum? Esconderse. Mandó a su vocera responderl­e. Con una arrogancia chocante, Tatiana Clouthier afirmó que Xóchitl no tenía el nivel para ponerse al tú por tú con la candidata morenista. Ah, la hibris.

Están menospreci­ando a Gálvez. Es un error que les puede costar caro. Lo bueno es que tienen a su favor la estúpida ley electoral y la protección de los medios de comunicaci­ón quienes no quieren pelearse con Claudia porque les conviene o quieren evitar la ira de López Obrador.

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