DE POLÍTICA Y COSAS PEORES
CATÓN
Buena intención y buena investigación
Los amores de los perros se ven. Los amores de los gatos se oyen. Los amores de los hombres -y de las mujeres- se saben. En la azotea de la casa de Pepito se oían los gañidos, mayidos, quejidos y toda la variedad de ruidos que los gatos hacen en el curso de sus amorosos ritos. Pepito, intrigado, le preguntó a su mama: “¿Por qué hacen así los gatos, mami?”. La señora, tomada de sorpresa, sólo acertó a responder: “Porque les duelen las muelas”. Esa noche el papá de Pepito regresó a casa después de una ausencia de varias semanas. Al día siguiente Pepito le dijo a su mamá: “Mi papi y tú van a tener que ir con el dentista”. Don Flacidio sufría un caso grave de fatiga crónica. Su esposa lo acompañó a la consulta de un especialista. El médico examinó al decaído paciente. Al terminar le dijo a la señora: “Su marido padece lo que en francés se llama surmenage, agotamiento físico. Debe trabajar menos, descansar más y hacer el amor una vez al mes”. “¡Fantástico, doctor! -se alegró la señora-. ¡Ahora lo hace una vez al año!”. Un tipo le preguntó a otro: “¿Por qué te divorciaste?”. Contestó el sujeto: “¿Te gustaría vivir con una persona irresponsable, inútil, haragana, de mal carácter y además infiel?”. “Claro que no” -respondió el tipo. Dijo el otro, mohíno: “A mi mujer tampoco le gustó”. El marido le dijo a su esposa embarazada: “Me apena ver los malestares que sufres con motivo de tu estado: El cansancio, las incomodidades, los mareos.”. “No te mortifiques, mi amor -lo tranquilizó ella-. Tú no tienes la culpa”. Cuenta el Sagrado Libro -¡ah, cuántas cosas cuentan los libros sagrados!- que el buen Jesús obró el prodigio de la pesca milagrosa. Simón Pedro y sus hermanos no habían pescado nada. El Rabí les indicó que tendieran sus redes, y las sacaron repletas de peces. Sucedió, sin embargo, que la abundancia del producto hizo que bajara el precio del pescado. Los pescadores que no dispusieron de la divina ayuda sufrieron los efectos de la baratura, y en sus hogares faltó el pan. Soy enemigo de las moralejas -en mi niñez me asestaron bastantes-, pero este relato contiene una: Hasta para hacer el bien hay que tener cuidado. Dicho de otra manera: El bien hay que hacerlo bien. Lo digo por la propuesta de que el aguinaldo de los trabajadores equivalga a un mes de su salario. La iniciativa tiende a favorecer a quienes trabajan, pero debe considerar también el punto de vista de los empleadores, muchos de los cuales, sobre todo los dueños de pequeñas y medianas empresas, se verían en apuros para cumplir esa obligación. Un cambio de tal naturaleza debe estar precedido por un estudio que abarque todos los aspectos de la cuestión, cosa que Nuestro Señor no hizo en el caso de la citada pesca milagrosa, y eso trajo consigo efectos secundarios indeseables. Un precepto evangélico dice que tu mano izquierda no ha de saber lo que hace la derecha. Tiene razón: Seguramente se escandalizaría. Sin embargo, en las cuestiones económicas cada mano debe saber lo que hace la otra, a fin de que todo salga bien. La buena intención no basta: Debe estar acompañada por la investigación. No hagas cosas buenas que por efectos de la realidad al final resulten malas... Dorotilo, el hijo de don Poseidón, contrajo matrimonio. Como regalo de bodas el granjero le dio al muchacho una escopeta cuata, vale decir de dos cañones. El muchacho se sorprendió al ver aquel inusitado obsequio. “Padre -le dijo con extrañeza a su progenitor-, yo esperaba un reloj”. ¿Un reloj? -repitió el viejo-. Vamos a ver. Supongamos que llegas a tu casa y encuentras a tu mujer con otro. ¿Qué vas a hacer? ¿Tomarles el tiempo?”. FIN.
El día cero
“No hay día cero”, declaró el jefe de Gobierno capitalino, Martí Batres, el 21 de febrero. “La Ciudad de México tiene una diversificación, tiene una diversidad de fuentes, en la propia ciudad y otras fuentes que existen en otros lugares”. La crisis de agua es una invención de los “conservadores”. “Como es temporada electoral, la oposición está tratando de construir artificialmente un tema. Los que tienen una situación de emergencia son los de la oposición conservadora. Ellos traen una emergencia porque va avanzando el tiempo y no es que no les caiga agua, es que no les caen votos. La oposición conservadora trae una fuerte sequía de votos y por eso trae este discurso”.
Supongo que hay un punto en el que Batres tiene razón. Un “día cero”, en el que súbitamente deje de salir agua de los grifos, es una escena que quizá ocurra en una película de ciencia ficción, pero no en la realidad. El valle de México obtiene agua de muy diversas fuentes. Además del sistema Cutzamala, hay infinidad de pozos regulares e irregulares.
Algunas comunidades han sufrido su día cero desde hace mucho tiempo, otras enfrentan intermitencia en el servicio, millones tienen que comprar agua en pipas, algunas están empezando apenas a sufrir la escasez. No hay un día cero, sino muchos.
La sequía es una de las razones principales de esta situación. Llevamos varios años en que las lluvias han estado por debajo de los niveles históricos. Este pasado mes de febrero el nivel de las presas del sistema Cutzamala alcanzaba solamente el 39%. En los mejores años, al empezar la primavera había niveles de 80%. El 30 de noviembre de 2018, un día antes del inicio de este Gobierno, el sistema Cutzamala registraba un almacenamiento de 98.9%.
Pero el problema del agua de la Ciudad de México, como el de Monterrey o el del País, tiene también que ver con malas políticas públicas. Los gobiernos se han preocupado más por regalar agua para comprar votos que por hacer inversiones para mejorar la infraestructura hídrica. En febrero de 2012 se incorporó a la Constitución de nuestro País el “derecho humano al agua”. En 2017 la Constitución de la Ciudad de México no sólo estableció el derecho al agua, sino que decretó que “el servicio público de potabilización, distribución, drenaje y abasto de agua será proporcionado por el Gobierno de la Ciudad a través de un organismo público”. Y añadió: “Este servicio no podrá ser privatizado”. Esta disposición borró de un plumazo 8,125 millones de pesos en inversión privada programada en plantas potabilizadores, controles y telemetría. El afán de control de los políticos se traduce en una menor inversión en agua.
El fallecido Carlos Urzúa, primer secretario de Hacienda de AMLO, lamentó en su último artículo que al Presidente le importara más el petróleo que el agua. En el presupuesto de 2024, señaló, se dedican sólo 63 mil millones de pesos a Conagua, una reducción del 13% sobre 2023, a pesar de la crisis hídrica. En cambio, la cantidad para mantener a flote a Pemex, que debería ser una empresa rentable, es de 140 mil millones de pesos en 2024.
Algunos integrantes de la 4T se están dando cuenta del desastre que se está generando. Alfonso Ramírez Cuéllar, de la campaña de Claudia Sheinbaum, ha declarado que la gestión del agua del País requiere de una inversión de 80 mil millones de pesos anuales. Quizá sea muy poco. La Coparmex de la Ciudad de México ha propuesto invertir 70 mil millones de pesos sólo en la capital. Lo absurdo, sin embargo, es que tengamos en la Ciudad de México una constitución que prohíbe la inversión privada para enfrentar este reto fundamental.
El pez que nunca sale del agua no sabe lo que es agua”,
ACAPULCO
Por primera vez desde que golpeó el huracán Otis, el 24 de octubre de 2023, los hoteles de Acapulco están llenos. Si bien son sólo unos cuantos, el Abierto Mexicano de Tenis ha hecho el milagro. Organizadores y hoteleros han logrado lo que parecía imposible: Tener un torneo internacional de tenis sólo cuatro meses después.
IGNACIO SOLARES.