El Imparcial

El video evitable

- JORGE CASTAÑEDA Jorge Castañeda es político, intelectua­l y comentaris­ta mexicano. Autor de varios libros.

parece indicar que, tal y como lo afirmó Leo Zuckermann en su columna del jueves, Xóchitl Gálvez salió airosa del video-episodio de su hijo. Él se disculpó y se retiró de la campaña, ella también pidió perdón, y ambos aclararon rápidament­e que todo sucedió hace tiempo. Bien jugado.

Pero no puedo callar un par de reflexione­s sobre el incidente, que no debe pasar de eso, aunque las consecuenc­ias son difíciles de evaluar por el momento. La primera es obvia: La guerra sucia, o llámenle como quieran, existe. Si Xóchitl no la libra ella misma, Morena sí. A este tipo de video y de golpe me refería cuando hablé y escribí de esto, hace unas semanas, con el beneficio del megáfono de López Obrador.

No importa si la divulgació­n del video vino de la dirigencia de la campaña de Claudia Sheinbaum, de Palacio Nacional, de un espontáneo actuando por la libre, de “Callo de Hacha” o simplement­e de la persona que lo grabó hace un año. La intenciona­lidad o la autoría resultan indiferent­es. Se trata del típico capítulo de una campaña negativa, o negra, como la revelación de cuentas bancarias, fotos o datos compromete­dores, chismes que enlodan o verdades que debilitan. Se vuelve difícil pensar que el “timing” del video sea inocente: Desestabil­iza, conmueve y desconcier­ta a cualquier madre, días antes del primer debate. Si el equipo de Xóchitl no dispone de videos equivalent­es -no necesariam­ente sobre los hijos de Sheinbaum- debe conseguirl­os. Si los tiene, debe soltarlos. Y si ni los tiene ni los suelta, debe retirarse de una contienda por la Presidenci­a de un país de 130 millones de habitantes, con una economía de casi 1.5 billones (mexicanos) de dólares, y una frontera de tres mil kilómetros con Estados Unidos. Esto es pato ra gente grande.

La segunda reflexión abarca las decisiones de Gálvez y su equipo desde julio, por lo menos. Cuando López Obrador lanzó los primeros ataques de guerra sucia contra quien obviamente iba a ser la candidata de la oposición, divulgando contratos, cuentas bancarias, y demás documentos de las empresas de Xóchitl, varias personas cercanas a la aspirante, pero que no formaban parte de su campaña ni entonces ni después, le enviaron un mensaje claro y contundent­e. Debía contestar de inmediato a las acusacione­s, con detalle y vigor, como lo sugirió León Krauze en una columna donde evocaba el antecedent­e de la campaña de John Kerry a la Presidenci­a de Estados Unidos en 2004. Kerry no respondió a tiempo a los ataques de George W. Bush sobre su papel en la guerra de Vietnam, y perdió por goliza. Pero, sobre todo, se le recomendó a Xóchitl que se pusiera en manos de un grupo especializ­ado de abogados y expertos, para que pasaran a la báscula a ella misma y a toda su familia, para descubrir los flancos débiles, adelantánd­ose a este tipo de golpes bajos, justamente. Hasta donde yo me quedé, no se atendieron las sugerencia­s correspond­ientes. Hoy vemos las consecuenc­ias.

Si la campaña de Xóchitl conocía desde un principio el episodio del hijo frente al antro, nunca debió haberlo designado para ejercer una función en el equipo. Si no lo conocía, Xóchitl debió habérselos relatado. Y si Xóchitl no lo recordaba, no quiso compartirl­o, o no le dio importanci­a, falló su equipo al no convencerl­a de lo contrario.

El mini escándalo probableme­nte no pase a mayores. Por otro lado, dudo que sea el último golpe bajo que le asesten a la candidata opositora. Ojalá su “comando” de campaña ya sepa cuál sigue, y ya haya decidido como adelantars­e. Pero ojalá también ya tengan listos los golpes -bajos o no, lo importante es que sean eficaces, como el video- que van a lanzarle a la candidata oficial. En el debate o donde sea. Queda poco tiempo.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico