Todos los caminos llevan a “Roma”

Roma de al fon so cu aró ne su na auténtica aplanadora emocional, una película bella y cautivan te ... en fin, no es un exceso pensar que puede ser la mejor película de 2018.

A estas alturas ya se ha escuchado mucho sobre Roma, la nueva película del multipremiado cineasta mexicano Alfonso Cuarón. La cinta arrancó su recorrido ganando el León de Oro del Festi

val de Venecia, el mismo premio que ganó Del Toro cuando inició su recorrido triunfador con La forma del agua. Y, francamente, el futuro pinta igual de luminoso para Ro

ma, una cinta que muchos aclaman como la mejor del año. Y el mérito no es gratuito.

Ambientada en la Ciudad de México en los albores de la década de 1970, Roma lanza una mirada a la sociedad mexicana de aquellos ayeres, pero con un poderío tal que es imposible no utilizar a aquel México como un reflejo de la sociedad contemporánea. El eje del relato es una joven que trabaja como empleada doméstica de una familia de clase me- dia-alta. La vida en las calles se cimbra, las dinámicas intrafamiliares se fracturan, mientras la protagonista va afrontando el día a día en una historia inspirada por la propia vida familiar de Cuarón. Bellamente filmada en blanco y negro, con una dirección de arte asombrosa, un diseño sonoro artesanal y actuaciones rotundas y demoledoras, en Roma se puede reír y llorar. Esto último, a cántaros. En fin, se trata de una proeza fílmica que conquista al gran público, algo que solo genios como Cuarón pueden conseguir. Al cierre, confirmada en Cine Foro Udeg y Cineteca FICG. Aunque se estrena en Netflix el 14 de diciembre, esta película ofrece una experiencia para una pantalla de cine, pues hay [muchas] cosas que en lo visual y sonoro no se aprecian igual en la televisión.