ALBER ELBAZ: POESÍA EN MOVIMIENTO
El pasado 24 de abril después de luchar durante varias semanas contra el Covid-19, murió en París uno de los los últimos maestros de la moda contemporánea: Alber Elbaz. Otro genio del diseño cuya vida y brillo se han apagado a los 59 años a causa de este infame virus que continúa dejando muerte y desolación a su paso. Nacido en Marruecos pero criado en Israel, Alber Elbaz fue una de las “rara avis” de la moda cuyo excepcional talento siempre fue equiparable con su sencillez, su entrañable personalidad y su profunda humanidad; elementos difíciles de encontrar en una industria plagada de banalidad, egos y protagonismos. El legado de Elbaz a la moda es indiscutible e indeleble, su talento y visión lo llevaron a ser Director Creativo de firmas tan importantes como Guy Laroche, Yves Saint Laurent y por su puesto Lanvin, en donde por 14 años (20012015) llenó de gloria a la que es considerada la tercera casa de moda más longeva de Francia. Para Alber Elbaz la importancia de la moda y de su labor como creador siempre fue clara: brindar belleza y alegría al mundo y hacer sentir bien a las mujeres. Un eterno enamorado del género femenino, para Elbaz las mujeres más allá de ser sólo musas fueron el principio y el fin de su obra, comprendiendo sus necesidades, gustos y realidades. Así fue como logró hacer del vestido una pieza de infinitas posibilidades, en donde los olanes, los drapeados, los colores, los terminados inacabados, los volúmenes y los grandes accesorios crearon un estilo súper femenino que hasta la fecha es el favorito de millones de mujeres en el mundo. Tras una dramática e inesperada salida de Lanvin (que hasta la fecha no ha podido tener el éxito y la relevancia vivida en la era de Elbaz), vendrían casi cinco años de “bajo perfil” en donde se enfocó en ser profesor y compartir su vasto conocimiento y experiencia en distintas instituciones educativas, además de analizar de manera aguda y precisa los cambios de la industria de la moda. Una época en donde realizó colaboraciones para marcas como Tod´s y Lesportsac y que fue condecorado con el doctorado honorífico del Royal College of Art de Londres, así como la Legión de Honor de Francia. Finalmente y tras una larga espera, en enero de este año Alber Elbaz lanzó su propia firma AZ Factory en alianza con el grupo Richemont (Cartier, Montblanc, Chloé y Net-a-porter), un proyecto inclusivo que refleja fielmente el espíritu del diseñador y que replantea la manera de hacer moda en la actualidad, al mismo tiempo que reafirma su compromiso con la diversidad. Un sueño materializado cuyo futuro hoy es incierto tras la inesperada partida de su fundador. Un sinfín de mujeres y momentos hicieron de la trayectoria de Alber Elbaz un camino de luz que nos iluminó a todos los que
“Meryl Streep llegó a definir a Elbaz como un creador de poesía en movimiento”
soñamos con sus creaciones y su visión única de la moda. Inolvidables recuerdos en las alfombras rojas como el de Beyoncé en los premios MTV 2011 en donde anunció su primer embarazo o la ceremonia del Oscar 2012, cuando Meryl Streep ganó su tercera estatuilla enfundada en un fabuloso diseño de lamé dorado de Alber Elbaz para Lanvin. La misma Meryl Streep llegó a definir a Elbaz como un creador de “poesía en movimiento”, además de asegurar que sus vestidos eran los únicos que usaba porque “me siento yo misma o incluso una mejor versión de mí misma”. Sin dejar de lado la polémica primera portada de Vogue USA de Kim Kardashian junto a Kanye West también vestida por Elbaz, la colaboración de H&M con Lanvin que rompió todos los récords de ventas, la icónica campaña de Lanvin FW 2011 dirigida por Steven Meisel en donde las súper modelos Raquel Zimmerman y Karen Elson bailan junto a Elbaz la canción I know you want me de Pitbull, etc. Un férreo opositor del ruido en el que se basa “el nuevo cool” en la moda, Alber Elbaz siempre prefirió la clásica discreción de los susurros porque son más profundos y duran más. Alber para la eternidad.