AZUL, SERENIDAD TODO TERRENO
El color para el 2020 tiene múltiples combinaciones que inspiran tranquilidad y armonía
Tranquilidad en su máximo esplendor es la propuesta que Pantone ha decidido para colorear al 2020. Como cada año, esta firma originaria de Nueva Jersey selecciona la tonalidad madre que reinará en los principales escaparates de diseño.
Aunque esta tonalidad siempre se ha relacionado principalmente a la moda, en la última década la visión de Pantone se ha extendido a la decoración interior, el diseño industrial y hasta en los estilos de vida, impulsando pigmentos capaces de influir de manera positiva en la armonía de los entornos cotidianos.
Este año, la tonalidad protagonista es el azul clásico (classic blue), y pese a que es un color habitual y siempre considerado como neutro, las tendencias ecológicas y más autosustentables han abogado con más fuerza para que esta selección también impacte en la estabilidad mental a través de la propia psicología del color, que por décadas ha enfocado al azul y sus variantes como un detonante de tranquilidad y serenidad absoluta.
No sólo las grandes marcas internacionales de indumentaria como Coach, Ralph Lauren y Prada, por ejemplo, han apostado por explorar el azul clásico en las pasarelas para fijar tendencia en los pequeños escaparates tanto en calzado y joyería, la gastronomía también ha prestado atención para aterrizar en alimentos más saludables este estilo con platillos y cócteles.
Ya que el azul siempre se ha relacionado con vida y con un elemento básico como el agua, el “classic blue” resurge en un momento clave en el que se procuran estilos de vida más balanceados y totalmente naturales, por lo que el concepto deportivo también está a la alza con este empuje de Pantone.
EN CADA RINCÓN
Los expertos en diseño de interiores son los primeros en compartir las bondades que el azul clásico tiene, desde su toque elegante siempre dispuesto a ser combinarse con tonalidades blancas y cremas para brindar espacios más amplios, hasta la neutralidad para llevarlo al límite del contraste con el negro, el gris y el violeta para crear entornos ideales para la meditación, la bohemia y la pulcritud.
Con la tendencia arquitectónica vanguardista de no intervenir el concreto y dejarlo en su estado puro, generalmente en gris pardo o liso, el azul se convierte en un pilar indiscutible para colorar los muros y dar paso también a la extravagancia con toques dorados, platinados o ahumados estratégicamente distribuidos.
Aunque por años el azul también se relacionó con mayor fuerza a los gustos masculinos, esta tonalidad cada vez conquista el terreno unisex gracias a la popularidad deportiva, en donde las grandes firmas de accesorios y calzado deportivos han dado un divertido vuelco al explorar una faceta más extrovertida desde el azul neón en su gama más opaca y oscura.
Los alimentos tampoco se quedan atrás y tan sólo hay que mirar el auge que frutos como las berenjenas, betabeles, uvas, higos, pasas, arándanos, grosellas y moras han tenido en los últimos años al ser relacionados con el espectro azul y su popularidad como jugos desintoxicantes y antioxidantes que tienen al agua –siempre en el imaginario como color azul– como protagonista indiscutible para una mejor calidad de vida en alimentación y nutrición.
México no es ajena a esta tendencia y eso también se refleja en el rescate y resurgimiento que el maíz de esta tonalidad más oscura tiene en su clásica y tradicional versión de tortilla aderezada con este pigmento.