Somos de casa
H ay sucesos que marcan los años, que los definen, y cuya sombra es tan grande que oscurecen todo aquello que pueda brillar. El año 2021, el 104 de vida de EL INFORMADOR, estuvo marcado por el COVID-19. La epidemia se impuso como tema de conversación en las casas y también en nuestras páginas, redes sociales y el sitio web. Por ellas pasaron las discusiones políticas y científicas, la polarización y la crispación, pero también las esperanzas, las muestras de solidaridad, los grandes de destellos de la inteligencia humana que alumbran el camino oscuro. Solemos pensar que lo que pasa en nuestro tiempo es superlativo, lo mejor o lo peor de la historia. Pasar la vista a las páginas o el monitor de EL INFORMADOR (que se han publicado en casi 37 mil 500 ediciones), nos permite dimensionar la historia, no para quitarle importancia a lo que pasa aquí y ahora, sino para entender el tamaño de lo que vivimos, aquilatar lo que hemos pasado. El periodismo es un diálogo con el presente. En cada edición impresa y web de EL INFORMADOR a lo largo de estos estos años es un retrato del día, una postal de Guadalajara y su entorno. Esta serie de instantáneas nos permiten reconstruir la película de la ciudad, el país y el mundo, los momentos gozosos y los dramáticos, pero sobre todo dimensionar el tamaño de la emergencia que hemos vivido estos últimos años. Repasar la historia a través de la selección de portadas que editaron Javier Medina Loera e Iván González en un libro de edición especial para festejar los 100 años del periódico, y que este año recuperan Carlos Lemus y Joel Castillo, nos recuerda que somos un diario que viene de lejos en el tiempo, pero que ha estado cerca de la ciudad siempre, que el compromiso que hemos establecido entre con los lectores está más allá de glorias y pandemias, de tecnologías e ideologías. Simplemente, somos de casa. Por Diego Petersen
Gracias a los lectores por acompañar 104 años de labor informativa constante