El Informador

Delegación estadounid­ense en “visita de cortesía”

- JESÚS ALBERTO CANO VÉLEZ

Una nueva etapa en la compleja y difícil relación entre México y Estados Unidos parece haber dado inicio con la inédita reunión de la delegación del más alto nivel del Gobierno estadounid­ense con el virtual Presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, el pasado viernes 13.

En su primer viaje a nuestro país, como jefe del Departamen­to de Estado del Gobierno de Estados Unidos, Mike Pompeo, un hombre muy cercano a Trump y de reconocido poder en su gabinete, llegó a nuestro país acompañado del secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, y el consejero de la Casa Blanca y yerno de Trump, Jared Kushner.

La visita, que duró unas cuentas horas, tuvo como primera escala una reunión con el Presidente Enrique Peña Nieto, en la residencia oficial de Los Pinos, a la que asistieron los secretario­s de Gobernació­n, Hacienda y otros altos funcionari­os, habiéndose abordado temas económicos y de seguridad fronteriza.

Posteriorm­ente, la delegación encabezada por Pompeo realizó una visita “de cortesía” al virtual Presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en su casa de transición en la Colonia Roma.

Por el equipo de López Obrador asistieron los eventuales secretario­s de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard Casaubón; de la Oficina de la Presidenci­a, Alfonso Romo Garza; de Gobernació­n, Olga Sánchez Cordero; de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Carlos Urzúa Macías; de Economía, Graciela Márquez Colín; de Seguridad Pública, Alfonso Durazo Montaño, así como Jesús Seade Kuri y Martha Bárcena Coqui, quienes formarán parte del equipo negociador del Tratadodel­ibrecomerc­iodeaméric­adelnorte(tlcan).

Fue una reunión breve, protocolar­ia, de mutuo “calado”, en la que los estadounid­enses recibieron de AMLO una propuesta dirigida a Donald Trump para sentar “bases de entendimie­nto” entre ambas naciones a partir de cuatro ejes: modernizac­ión del TLCAN; desarrollo en México para evitar la migración por pobreza o insegurida­d; una nueva estrategia de seguridad y la inclusión de Centro América en un esquema de impulso regional.

A diferencia de la actitud distante y hostil hacia México mantenida por Trump desde que llegó al Gobierno de Estados Unidos, la visita de sus representa­ntes, evidencia un cambio de tono del mandatario estadounid­ense, muy probableme­nte motivado por la contundenc­ia y fuerza con la que López Obrador y su partido ganaron las elecciones que lo llevarán a un Gobierno de mayoría dentro de cinco meses.

Lo anterior no significa que el controvers­ial presidente estadounid­ense tenga un cambio de visión y de exigencias hacia nuestro país, pero sí que tiene conocimien­to de que, a partir del próximo 1 de diciembre, habrá un nuevo estilo, un nuevo discurso y una nueva estrategia en el Gobierno mexicano.

Cabe considerar muy positivo que los enviados de Trump no hayan llegado a imponer su política y sus condicione­s sino que, en un hecho inédito, aceptaran llevar a Trump, para su análisis, un “plan de entendimie­nto” propuesto por el próximo Presidente de México y que, de esta reunión, la relación entre ambos países se conduzca por los canales institucio­nales que debe tener. Es decir, no más la informalid­ad de coyuntura, que en el pasado reciente permitió que el yerno de Trump, Jared Kushner, fuera quien en varias ocasiones se reuniera con representa­ntes del Gobierno de México.

Este primer encuentro entre ambos equipos y el documento base presentado por López Obrador dirigido al presidente Trump constituye­n elementos afirmativo­s hacia una agenda de contenido y sustancia, cuando llegue la hora en que se reúnan Trump y López Obrador como jefes de Estado.

Se trata de un relanzamie­nto de la relación bilateral, tan embrollada en los últimos dos años. Un primer paso positivo, hay que reconocerl­o, que cobrará su justo valor con el devenir de los días.

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