Alcaldías “desechan” norma para separar basura
Este año se cumple una década de la normatividad que obliga la clasificación de los desechos, pero los resultados son pobres
Magdalena Valladolid y Chela García coinciden en ser responsables y acatar la separación de basura en sus hogares, una norma obligatoria en Jalisco. El problema es que lamentan que los Ayuntamientos sean omisos y no cuenten con programas efectivos para clasificar los desechos sólidos en sus tres tipos: orgánicos, inorgánicos y sanitarios. “De nada sirve separar la basura en la casa si la mezclan en el camión recolector”, acentúan.
La Encuesta Nacional de los Hogares presentada recientemente por el Inegi revela que sólo cuatro de cada 10 viviendas separan la basura, pero en diferentes grados de cumplimiento; sin embargo, el diagnóstico reconoce que la clasificación es exclusivamente en los materiales inorgánicos, que se pueden reciclar o vender, tales como plásticos, aluminio, papel o cartón. El resto se mezcla.
El Inegi remarca que seis de cada 10 hogares rechazan separar los desechos porque los trabajadores de aseo público o de las concesionarias terminan mezclando la basura en el camión recolector, ante la tolerancia de los Ayuntamientos. Por eso de nada sirve clasificarla desde las viviendas.
Rigoberto Román López, director de Protección y Gestión Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet), acepta que son pocos los municipios que cumplen con la norma medioambiental, como Tlajomulco, Mascota y El Grullo, pero ni siquiera existe un porcentaje oficial de separación en Jalisco. En otras palabras, esos tres municipios aplican y vigilan la separación entre el vecino y el camión recolector de basura, pero también es parcial el programa, pues no se aplica en todo el territorio. El resto de Ayuntamientos ha “desechado” la normatividad.
Gerardo Bernache Pérez, especialista del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), explica que sólo el 10% de los residuos del Área Metropolitana de Guadalajara se separa, ante la tolerancia o desinterés de los Ayuntamientos por aplicar la Norma Ambiental Estatal NAE-SEMADES-007/2008, que este año cumple una década de su publicación en Jalisco, con la intención de “promover el manejo integral de los residuos sólidos urbanos y establecer los mecanismos adecuados para su separación en el Estado, a través de la competencia de sus municipios, con la finalidad de asegurar la preservación y restauración del equilibrio ecológico y la protección al ambiente”.
Aunque se advierten de sanciones a las personas o empresas que incumplan, no hay información sobre las multas aplicadas a vecinos o autoridades municipales por no separar los desechos sólidos.
Desde hace 10 años, Magdalena Valladolid clasifica su basura. Cuenta que, al inicio, sólo separaba la orgánica de la inorgánica; sin embargo, ahora aparta también el cartón, los botes de plástico, aluminio y baterías para que las personas que se dedican a la recolección de basura los encuentren con mayor facilidad y puedan llevarlo al reciclaje.
Magdalena también utiliza los restos de comida para hacer composta para sus plantas. “La intención es no generar tanta basura, porque desde mi punto de vista, estamos invadiendo el mundo de basura, pero yo estoy colaborando con lo poquito que puedo, en lo que está a mi alcance”.
Sin embargo, en México sólo cuatro de cada 10 hogares separa o clasifica la basura según el tipo de residuos que desecha, como lo hace Magdalena, de acuerdo con los resultados de la última Encuesta Nacional de Hogares en su Módulo de Hogares y Medio Ambiente, presentados este 2018 por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía e Informática (Inegi). Aunque el indicador se debe analizar, pues el PET y otros plásticos, el aluminio, el papel y el cartón, son los principales materiales que se clasifican. En otras palabras, se separan solamente los desechos que se pueden vender para el reciclaje; el resto continúa mezclándose.
Los resultados del levantamiento realizado durante 2017 revelaron también que esta práctica ha disminuido en los últimos 10 años, pues del resto de los hogares que señaló que no separan la basura, el 57% indicó que no tiene sentido hacerlo, pues de cualquier manera el servicio de aseo público o limpieza vuelve a mezclarlos durante la recolección, situación que en 2007 sólo fue expresada por el 42% de los entrevistados.
Según la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), son llamados Residuos Sólidos Urbanos los generados por las casas habitación o comercios, que resultan de los materiales utilizados en sus actividades domésticas, de los productos que consumen y sus envases o empaques. La importancia de su gestión integral se encuentra en la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero, así como en la extracción de recursos naturales y energía para su producción, pues además de disminuir su generación, trae consigo beneficios económicos, sociales y ambientales.
Para Gerardo Bernache Pérez, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social Occidente (CIESAS), las personas no separan la basura debido a que es mezclada en los camiones recolectores. Esto se debe a que los Gobiernos no se han interesado en crear políticas públicas efectivas que motiven a la ciudadanía a clasificar sus residuos, además de que no cuentan con métodos efectivos de separación una vez que llegan a los vertederos, “dejando que quienes se encarguen de ello sean aquellas personas que se dedican a la recolección de materiales para su reventa”.