Efectos del crimen organizado
DARWIN FRANCO (académico de la Udeg).
El maestro en comunicación por la Universidad de Guadalajara y especialista en temas de desaparición, Darwin Franco, recuerda que las fosas clandestinas forman parte de la actividad criminal de un cártel hegemónico en Jalisco. Al igual que las casas donde incineran cuerpos o disuelven en ácido los cuerpo.
“Todo es parte estructural de sus actividades delictivas. No hemos visto en su justa dimensión que si no se han localizado a tantas miles de personas, estas personas estarían en algún punto”. Aunque existan periodos con menos reportes de localización de fosas, explica, no significa que baje el índice, ya que las autoridades no realizan operativos para buscarlas. “Muchas veces se encuentran a través de un reporte ciudadano o porque se está llevando a cabo otro tipo de investigación, como en días pasados en Tlajomulco, que ocurrió tras el reporte de un cuerpo abandonado”.
Recuerda que así ocurrió en La Barca, donde la PGR localizó el sitio porque buscaba a dos agentes desaparecidos. “Cuando se presume que la fosa tiene que ver con delitos de delincuencia organizada, entonces la PGR atrae la investigación, pero la mayor parte de los casos es investigada por la Fiscalía”.
Considera que las principales deficiencias en la identificación de cuerpos son la falta de personal y presupuesto del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, ya que muchas pruebas son costosas. Además, afirma, si bien es cierto que el Instituto es un órgano independiente, no lo es en términos de procedimiento pericial. “Un perito solamente puede practicar aquellas pruebas que le sean solicitadas por el Ministerio Público; de lo contrario, implicaría una falta administrativa. Eso ha amarrado mucho su trabajo”.