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Clausura tras clausura.

En el arranque del temporal, los Ayuntamientos de Guadalajara y Zapopan clausuraron las estaciones de Patria y La Normal de la Línea 3 del Tren Ligero, por las inundaciones y afectaciones registradas en las zonas. Ayer, Guadalajara informó de otra clausura de obras en la Estación Santuario, pero ahora por falta de medidas de seguridad luego del accidente donde un trabajador perdió la vida.

Elementos de Protección Civil revelaron que no es la primera vez que tienen acercamientos con personal encargado de la obra para solicitarle medidas de seguridad y los planes de acción en espacios confinados, pero como son obras a cargo de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, pues las respuestas siempre tardan en llegar. Por lo pronto, tres clausuras en un mes como que sí preocupan. Están con todo.

Y desde el Congreso de Jalisco nos presumen que la Contraloría interna tiene en proceso 20 carpetas de investigación por presuntas faltas administrativas cometidas por personal del Legislativo. Pero saben qué: a más de un año de la creación del órgano interno de control resulta que todavía no hay sanciones.

A lo mejor están siendo asesorados por el impresentable de Alonso Godoy, el más consentido por los diputados durante su periodo como auditor superior. Como siempre, pura efectividad en el Congreso. Sí o no, pues.

Por cierto, el contralor interno del Congreso, Raúl Bermúdez Camarena, advirtió sobre la gravedad de que hijos de diputadas laboren en el Legislativo. Ayer confirmó que inició una investigación de oficio en los casos de las diputadas Refugio Ruíz Moreno, Juana Ceballos y Anahí Olguín, quienes podrían haber incurrido en una falta administrativa por conflicto de intereses, al contratar a familiares directos. Resulta que aún no recibe denuncias sobre el asunto, pero la investigación tardaría cuatro meses. ¿En serio? Huele a que heredarán el tema, porque la actual Legislatura ya se va.