26 años de movimiento ‘Razteca’
Relájate y disfruta la fiesta del reggae que se llevará a cabo este sábado 21 en el magno escenario del BCWB en punto de las 18:00 horas
Hace poco más de tres lustros, en pleno centro de Coyoacán en la Ciudad de México, los hermanos Manuel y Pedro Apodaca quisieron plasmar su sentir y cultura musical en un proyecto que combinara la esencia del ‘rastafari’ pero con bifurcaciones nacionales. Hoy, 26 años después, su proyecto Antidoping, es considerado como uno de los máximos exponentes del reggae mexicano el denominado movimiento ‘Razteca’ que funge como unificador de los grupos de reggae de México.
“Agradecemos que la misma gente nos coloque en esa posición, es toda una responsabilidad que nos vean así y nos obliga a mejorar en todos los aspectos, desde musical hasta cómo ofrecer mejores shows en vivo, pero nunca hemos dicho que seamos los mejores, si algo ha caracterizado a la banda es su sencillez y la humildad con la que trabaja”. Comenta en entrevista Pepe Grela, vocalista que regresa luego de diez años a la agrupación.
Hasta el 2017, Jacobo Govea se mantenía como la voz principal; sin embargo, tras querer emprender su carrera en solitario, la agrupación declinó por hacerle la invitación a Grela para que se reintegrara a la banda.
“Estuve diez años con Antidoping, me case y me fue a vivir a Chiapas junto con la familia, seguí como espectador a la banda por otros diez años y justo este 2018 regreso para celebrar los 26 años del proyecto”, apunta Grela quien reconoce que los primeros años fueron muy duros.
El vocalista está consciente que los tiempos han cambiado y ahora pueden dar a conocer su música más fácil, pero en el verano de 1992, en plena génesis del proyecto, las cosas eran muy diferentes: “Nuestros foros eran las calles de Coyoacán, pasábamos el sombrerito para recolectar algo de dinero, con el tiempo fuimos gustando y consiguiendo tocar en pequeños lugares o fiestas que organizaba la gente, así nos fuimos haciendo de un nombre”.
La mística desde sus inicios siempre fue y ha sido clara: crear mosaicos culturales de todo México utilizando el ritmo y sabor rastafari para que quien lo escuche sensibilice su cuerpo y mente a través de un reggae fresco y comprometido al respeto la diversión, la paz y el reencuentro con la naturaleza y la humanidad.