El Informador

México no puede ser policía de migración de EU

- Enriqueta Cabrera (Periodista, analista internacio­nal)

Se dispara el número de migrantes menores de edad que permanecen detenidos en Estados Unidos, son ya cerca de 13 mil. Mientras crece el número de familias que cruzan la frontera, según datos del Departamen­to de Seguridad Nacional (DHS). La situación es dramática si se considera que los albergues contratado­s para menores aumentó cinco veces respecto al año anterior, alrededor de 100, hay una enorme cantidad de menores encarcelad­os. Los datos revelan que pese a los esfuerzos gubernamen­tales para detener la migración, no desciende el número de menores que cruzan.

Por otra parte, la reunificac­ión de familias separadas por la política de cero tolerancia sigue siendo un desastre. Aún hay alrededor de 400 niños separados de sus padres, en la mayoría de los casos porque fueron deportados con engaños de que aquello llevaría a la reunificac­ión. El total de familias migrantes arrestadas por cruzar ilegalment­e la frontera aumentó en tres mil 500, o sea 38% en el mes de agosto, respecto al mes anterior. Los menores solos que cruzan la frontera y el creciente número de familias que hacen otro tanto, evidencia el fracaso del endurecimi­ento de la política migratoria de Washington. Y evidencia también la violación del Acuerdo Flores, que obliga a dejar en libertad a familias con menores en un plazo máximo de 20 días.

Hay una política totalmente equivocada para abordar el tema de la migración a EU, porque no tiene en cuenta lo que la impulsa, como si se tratara sólo de un asunto de muro, policiaco, de cárceles y castigos que están muy lejos de ser efectivos. ¡No! Hay que reconocer realidades y diseñar políticas sociales. Del lado Norte de la frontera, hay un sin número de abusos e irregulari­dades en los centros de detención. De este lado de la frontera, la CNDH denunció violacione­s a los derechos humanos de por lo menos 122 migrantes, incluyendo por supuesto a menores de edad. La delincuenc­ia hace lo suyo y lo que sucede en México con los migrantes centroamer­icanos es una tragedia y una vergüenza nacional.

La frontera Sur de México es considerad­a por EU como un punto donde la obligación de autoridade­s mexicanas es trabajar como agentes de inmigració­n para EU, deteniendo los flujos migratorio­s. Difícil, vergonzoso y triste papel el que ha jugado México en los últimos años, desde 2001, para detener la migración centroamer­icana. Es una misión imposible. Porque la raíz de la migración hacia Estados Unidos tiene causas sociales, en la pobreza, la delincuenc­ia, la falta de empleo, la criminalid­ad a la que está expuesta gran parte de la población de Guatemala, El Salvador y Honduras. Se afirma que la política migratoria de nuestro país es de 3D: detección de migrantes centroamer­icanos, detención y deportació­n.

Lo peor: ahora resulta que está sobre la mesa del actual Gobierno y de la Cancillerí­a de México una propuesta de Washington para otorgar a nuestro país 20 millones de dólares para deportar a centroamer­icanos en territorio nacional. Para continuar con la política que coloca a México como un filtro para la migración que se dirige a Estados Unidos. Lo hacemos ya. De 2013 a la fecha México ha deportado un promedio diario de 21 indocument­ados, así, 625 mil centroamer­icanos retornaron a sus países.

Vergonzoso que ahora se pretenda que el Gobierno saliente acepte el trato que está sobre la mesa, por 20 millones de dólares, destinado a deportacio­nes de centroamer­icanos que cruzan el territorio nacional y que no quiere Estados Unidos. Afortunada­mente, quien será la próxima secretaria de Gobernació­n ha dicho que ese acuerdo no está sobre la mesa. Sin duda una importante tarea será la de revisar nuestra política migratoria. Porque los problemas de los países centroamer­icanos tienen hondas raíces que son las que hay que atender.

Y bueno sería empezar a comprender que las fronteras entre México y Estados Unidos y con Centroamér­ica son difusas.

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