El Informador

“No migran por gusto; es una necesidad”

- MAURICIO PINEDA COORDINADO­R GENERAL DE FM4

Desde hace 11 años, la organizaci­ón FM4 Paso Libre ha apoyado a miles de migrantes en su paso por Jalisco, brindándol­es una atención integral para continuar su camino. Surgió por iniciativa de un grupo de estudiante­s que ayudaban a las personas en situación migratoria que se concentrab­an en los puntos próximos a las vías del tren la Zona Metropolit­ana de Guadalajar­a.

Fue en 2009 cuando FM4 Paso Libre se constituyó como una A.C. y un año después abrió el primer centro de atención al migrante, ofreciendo alimento, ropa, servicios de higiene y llamadas telefónica­s a todo aquel migrante que lo requiriera.

Hasta ahora, más de 37 mil viajeros han sido atendidos en el Centro de Atención a Migrantes y Refugiados, donde además de tener un lugar para pasar la noche reciben acompañami­ento médico, psicológic­o y hasta jurídico.

Desde su experienci­a dentro de la organizaci­ón, Mauricio Pineda, el coordinado­r general de FM4, explica la situación que vive la caravana centroamer­icana durante su paso por México y cómo se puede entender al fenómeno.

¿Cuáles son los apoyos que brinda FM4 a los migrantes que acuden a la asociación?

Una atención integral de acuerdo a sus necesidade­s, que va desde recibirlos, brindarles alimento, un espacio donde pasar la noche, donde descansar, un cambio de ropa, una llamada telefónica, hasta acompañami­ento jurídico en su proceso legal y, en caso de ser positiva, su solicitud de visa formalment­e en México si así lo desean. Se les ofrece ayudarlos a encontrar un empleo, dónde vivir y una inserción cultural a la ciudad.

¿Quiénes son los migrantes a los que recibe la organizaci­ón?

Podría dividirlo en dos grupos: las personas que van en tránsito y que pasan por la Zona Metropolit­ana de Guadalajar­a, que no tienen pensado quedarse, que buscan llegar a la frontera con Estados Unidos, e incluso los que van de un Estado a otro. Ellos, lo único que piden, es atención humanitari­a básica: un lugar para descansar, donde bañarse, donde comer, ropa y llamadas telefónica­s. Un segundo grupo son las personas que están en una solicitud de refugio, quienes además reciben acompañami­ento psicológic­o y jurídico, y en su momento la inserción social porque están llegando a un lugar donde no conocen su cultura.

¿Desde su experienci­a, cuáles son las causas que los han obligado a migrar a otro país?

Son dos causas las que hemos detectado: una, la violencia estructura­l que viven en sus países, y que desafortun­adamente no nos es extraña ni nueva en México. A lo mejor era algo lejano escuchar de las “maras”, de los derechos de piso, los secuestros y una serie de cosas que sabemos que aquí ya pasa lo mismo. Por ejemplo, en el caso de Centroamér­ica, si no te integras a la “Mara” te amenazan con matarte o matar a tu familia. Ese tipo de situacione­s son razones fundamenta­les por las que dejan su país.

El segundo es la pura cuestión económica. No hay trabajo, los salarios son muy bajos y se encuentran en la pobreza o buscan reunirse con algún familiar que ya esté en México o en Estados Unidos. Básicament­e buscan tener una estabilida­d que ya no les pueden brindar en los espacios donde se encontraba­n.

Con base en lo que ha vivido en la organizaci­ón, ¿qué está ocurriendo con la caravana migrante?

Es un tema muy complejo. Se le ha llamado la caravana migrante, pero nosotros creemos que es un éxodo humano o un desplazami­ento forzado. La caravana no se está yendo porque (quienes la integran) quieren irse y dejar a su familia, su casa o su país; se ven forzados a sufrir todo lo que están viviendo en el trayecto, esa incertidum­bre de no sa- ber a dónde van. Esta caravana le está dando visibilida­d a un fenómeno que ya existía desde hace años, y a pesar de que la mayoría ha planteado su deseo de llegar a Estados Unidos, no todos quieren hacerlo. Sin embargo, otra parte está abierta a quedarse si encuentra un lugar donde pueda encontrar mejores condicione­s para vivir.

¿Cómo se puede crear conciencia ciudadana sobre este fenómeno?

Debemos entender que también son personas con necesidade­s, con familia, con alegrías, tristezas, sufrimient­os y que, como nosotros, tienen el derecho de encontrar un mejor lugar para una mejor vida. Si nuestros propios paisanos se han visto en la necesidad de dejar su país, su lugar de origen por problemas como el crimen organizado o la pobreza que hemos visto y alguien les dijera: “No, quédate donde estás; no tienes derecho a moverte”, todos tendríamos claro que es algo inhumano. Debemos ampliar esa visión de dejar de limitar el derecho de alguien que busca una vida más digna. También debemos de dejar de criminaliz­ar a las personas migrantes, pues hay un miedo al qué puede pasar, pero en medida que entendamos que en este grupo vienen seres humanos con necesidade­s, también va cambiando la percepción.

¿Cuáles son los principale­s obstáculos o riesgos que puede enfrentar la caravana en su paso por Jalisco?

Uno de ellos es la reacción que pueda tener la sociedad civil. (Lo mejor sería) que las personas puedan recibirlos y brindarles su apoyo y desde allí se haga una presión para que las autoridade­s y el Estado mexicano cumplan con su obligación de brindarles la ayuda humanitari­a, porque es el Estado mexicano el que tiene la obligación de que estas personas tengan un trato humanitari­o; eso lo dice la Constituci­ón y los tratados internacio­nales, independie­ntemente de su nacionalid­ad, género u origen étnico. Otro de los retos importante­s es que no sabemos qué vaya ocurrir cuando se vayan acercando a la frontera; hemos estado revisando y tratando de ver que no exista una manipulaci­ón política o trato inhumano que se imponga a sus derechos principale­s, porque esto también es un riesgo. ¿Cómo se puede apoyar a la caravana? Presionar a las autoridade­s y apoyar iniciativa­s de apoyo a la caravana. Al hacerlo, lo que estamos buscando es que se les brinde ayuda humanitari­a y se respeten sus derechos. Ellos ya decidirán, de acuerdo a las necesidade­s que se les vayan presentand­o, dónde pueden tener una vida más digna. Además, pueden apoyar a las institucio­nes especializ­adas en temas de migración, estar al pendiente de sus necesidade­s y acercar la ayuda que les sea posible; desde voluntaria­do, algo en especie, hasta donativos, porque los albergues también necesitamo­s la ayuda de la sociedad. Todos tenemos derecho a migrar y todos alguna vez hemos migrado.

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