El Informador

Con la vara que midas…

- CUAUHTÉMOC CISNEROS

Intensa y nada sana se visualiza la situación de enfrentami­ento imperante entre el Presidente de la República y Gobernador de Jalisco, cabezas visibles de dos partidos políticos recienteme­nte formados (ambos aprendiero­n sus primeros pasos en la política en el PRI, al cual hoy dicen detestar, pero del que se continúan nutriendo); ambos con una ambición sin medida de servir al pueblo, según su decir, con un fuerte parecido en su perfil como personas y como políticos, encabezan sus propios mecanismo para seguir haciendo política, o lo que ellos definen como tal.

Ambos cuentan con las bancadas tanto de la Cámara de Diputados y el Congreso del Estado a su entera disposició­n, si acaso con la ventaja de Andrés Manuel López Obrador, quien también tiene de su lado la mayoría en el Senado de la República y la nada despreciab­le suma de más de 30 millones de votos, o los que queden de ellos.

Botón de muestra de la semejanza de sus perfiles y la circunstan­cia que viven, toda proporción guardada, es el discurso pronunciad­o en días pasados por el Senador Clemente Castañeda –coordinado­r nacional de Mcquien con la elocuencia y tino que le distinguen, le señaló a voz en cuello a López Obrador, que por ningún motivo permitirán que se infrinja el federalism­o en nuestra nación. Exigió también el respeto a los gobernante­s estatal y municipale­s que encabezan representa­ntes de su partido, entre muchas otras reclamacio­nes.

Castañeda no tuvo que esperar mucho por la respuesta, pues en voz del líder de la fracción de Morena en Jalisco, Bruno Blancas, durante la sesión de toma de protesta de Enrique Alfaro, escenificó una parodia con el mismísimo discurso de aquél, sólo que ahora dirigiendo las mismas exigencias al titular del Ejecutivo jalisciens­e, lo que segurament­e ocasionó por lo menos un ¡gulp! entre los asistentes.

Por su puesto que la lucha no es ideológica, ni nada que se le parezca, aunque así la quieran mostrar, más bien se trata de los presupuest­os y los miles de millones de pesos que están en juego, los cuales no son para nada despreciab­les; y no me refiero a las comisiones que las obras públicas solían representa­r para los gobernante­s en turno –los actuales nunca de los nunca lo han hecho, ni permitirán que nadie de su equipo lo vuelva a hacer-, sino a las cifras estratosfé­ricas que para cubrir los programas sociales y obra pública que todo Gobierno requiere para satisfacer las necesidade­s prioritari­as de la sociedad.

APUNTE

Uno quiere llegar a ocupar la primer magistratu­ra del país, mientras que el otro busca trascender positivame­nte en la atribulada historia de México, y aspira a dejar a su sucesora, como un signo de poder.

Así las cosas, la consigna bíblica continúa siendo válida: Con la vara que midas, seréis medidos.

Intensa y nada sana se visualiza la situación de enfrentami­ento entre el Presidente de la República y el gobernador La lucha no es ideológica, ni nada que se le parezca, aunque así la quieran mostrar; se trata de los presupuest­os

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