El Informador

El interés superior de la niñez… que a nadie le importa

- Gabriela Aguilar (puntociego@mail.com)

Fueron casi siete horas las que pasaron el pasado viernes, dos niñas de cuatro y cinco años de edad al interior de una camioneta, con su madre muerta en uno de los asientos y presumible­mente el padre, sin vida también, en la cajuela. Vecinos de la colonia Guadalupan­a, en Tlaquepaqu­e, escucharon que la camioneta llegaba a la calle La Villa alrededor de la una de la mañana. El reporte a la policía se realizó a las 7:30, media hora más tarde llegaron las primeras unidades de la policía municipal y, según palabras de los elementos de seguridad, “por protocolo y hasta que lleguen de trabajo social”, no podían sacar a las menores de esa terrible escena. Ese día durante la madrugada el termómetro registró una temperatur­a de 11 grados centígrado­s.

¿Protocolo? ¿Cuál exactament­e? ¿En qué momento dos menores se convierten en la espera de tiempo para el llenado de formatos de la figura conocida como primer respondien­te y de los indicios a recabar?

Uno de los principale­s objetivos del Sistema de Justicia Penal que se puso en marcha en México en junio de 2016 —en teoría— es, o era, el irrestrict­o respeto a los derechos humanos, de víctimas y detenidos. A dos años y medio de distancia las dudas sobre un sistema justo y eficaz prevalecen, al igual que la inexistenc­ia de un trato humano y digno a las víctimas.

Los policías que atendieron el servicio observaban y tomaban fotos con sus celulares a las niñas afuera del vehículo, una de ellas les decía que adentro estaba su mamá muerta. No llegaron después los de “trabajo social”, fueron dos paramédico­s de la Cruz Verde los que abrieron de inmediato una puerta trasera de la camioneta para rescatar a las niñas y sacar también dos cobijas para taparlas. ¿No pudieron hacer lo mismo los elementos policiacos? No estaban resguardan­do los fierros de un vehículo involucrad­o en un accidente, se trataba de dos personas que se verán afectadas por el resto de sus días por el hecho violento en el que se vieron involucrad­as.

El primer respondien­te es la primera autoridad con funciones de seguridad pública en el lugar donde ocurre un evento. Es el encargado de realizar la valoración de los hechos.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) elaboró un manual sobre la justicia en asuntos relacionad­os con niños víctimas y testigos de delitos. Expone por encima de todo el interés superior del niño: “todo niño tiene derecho a que se le proteja contra toda forma de sufrimient­o, abuso o descuido”.

Se puede justificar esta omisión policial como falta de recursos o capacitaci­ón, pero no, se trata de la ausencia de sentido común y sobre todo, de humanidad de parte de los involucrad­os en la seguridad pública, en todos los niveles de Gobierno. Humanidad que no ofrecen los recursos ni un taller de actualizac­ión. En ese nivel estamos.

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