El virus vacía los centros comerciales en la ZMG
Aunque las medidas preventivas por la pandemia de coronavirus han alterado las rutinas habituales y generan incertidumbre económica, los tapatíos que adoptaron el aislamiento voluntario identifican algunos aspectos positivos de quedarse en casa. Por ejemplo, tienen más tiempo para estar en familia y para reducir el estrés que implican los traslados en la ciudad.
Iniciar un curso en línea y leer más son actividades que ha podido hacer Héctor Díaz, psicólogo que trabaja en una secundaria y quien desde el lunes labora en casa. Explicó que a través de videoconferencias incluso ha dado las terapias que tenía programadas. “Siento que hago más cosas organizándome y respetando los horarios normales. A las ocho de la mañana estoy listo, como si fuera a la escuela normal”.
Para Mariana Flores, combinar actividades profesionales con el cuidado de sus dos hijas y las tareas domésticas le ha obligado a reorganizarse. Subrayó que al estar en casa se ahorra los traslados y las prisas mañaneras para llevar a las niñas a la escuela y llegar al trabajo. “Lo bueno es que no pierdes tiempo en arreglarte para salir, prendes tu computadora y te pones hacer tus deberes a los tiempos que tú necesitas”.
En una consulta hecha por esta casa editorial, Érika Mariscal señaló que “podemos tener los tres alimentos del día en paz, sin prisa, con toda la familia. Hay menos estrés, menos regaño a los niños, más muestras de amor y más diálogo”.
Con Ángel Zamora es distinto. Para él, aislarse es un “privilegio” que sólo pueden darse personas con cierto nivel económico. Dolores Hernández explicó que divide su tiempo entre las labores de oficina, las de mamá y un poco de maestra para guiar las actividades escolares de sus hijas.