El Informador

Nos revolcó la ola, capitán López-gatell

- Diego Petersen Farah (diego.petersen@informador.com.mx)

Tiene razón López- Gatell: la Federación no puede sola con la pandemia, se requiere la concurrenc­ia de los niveles estatal y municipal. Esto es cierto ahora y lo fue desde el principio, desde enero, cuando dice el presidente que comenzaron a prepararse para enfrentar la epidemia por coronaviru­s que, sabíamos llegaría a nuestro país en algún momento del primer trimestre del año. Y sí, tiene razón López-lópez

Gatell, lo que no dice es que fue la Federación, él en lo particular, quien politizó el manejo de epidemia, quien desde la tribuna de la mañanera y en la rueda de prensa de todas las tardes se dedicó a acusar, a mandar señales encontrada­s, a regañar a gobernador­es y a presumir lo bien que estaban haciendo ellos las cosas, fue él quien dijo que el presidente sólo contagiaba moral.

Cuando todo falló, cuando el pico se volvió primero un mito y luego una broma cotidiana; cuando el uso del tapabocas, tan denigrado por las autoridade­s federales se volvió indispensa­ble; cuando las cifras de muertes, que Gatell había estimado entre seis y ocho mil se multiplica­ron por dos, por tres, por cuatro y siguen creciendo; cuando él dictaminó que los periodista­s y los conservado­res (lo que sea que eso signifique a estas alturas del partido) estaban frustrados porque no se vieron en México escenas como las de Europa y al día siguiente vimos la crisis de los hospitales de Tabasco, el vocero oficial de la pandemia quedó anulado.

Sabíamos que el papel de Gatell era ser el fusible de protección al presidente. Como él es el que da la cara por el gobierno federal, el resto de los funcionari­os, los directores del IMSS y del ISSSTE, el secretario de Salud y el presidente quedaron inmunes a la crítica. El papel de Gatell no era salvar al país de la pandemia, cuyo efecto sabían inevitable, sino salvar al presidente de los efectos de una posible crisis por el manejo.

Aventar la culpa ahora a los gobiernos estatales y municipale­s es el principio de un cambio en el discurso del gobierno Federal. Hace rato que ya nadie habla de picos de la pandemia, de curvas achatadas ni de que lo peor ya pasó. Hace rato que el presidente no dice que vamos muy bien ni que pronto vamos a poder abrazarnos.

Nos revolcó la ola y el capitán del barco sabe que no hay suficiente­s botes salvavidas. Hoy pide a los gobernador­es y presidente municipale­s -marinos y grumetes- que ayuden. Nunca es demasiado tarde, pero claramente hoy ya no es López Gatell quien podrá coordinar a los diferentes niveles de gobierno. El fusible se quemó. ¿Qué sigue?

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