Optan por casa más económica
Desde hace nueve años, Magdalena Diego y su hija rentan una casa por dos mil 800 pesos mensuales en la Colonia Insurgentes, en Guadalajara. Y por la crisis provocada por la emergencia sanitaria, deberán mudarse a una más barata.
La señora paga la educación de su hija y los servicios básicos con el sueldo que percibe en trabajos eventuales. Actualmente labora con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), pero será sólo por tres semanas. Regularmente la contrataban por más tiempo.
“Había solventado el costo de la renta, pero por la situación sanitaria se han recortado los proyectos. Ya terminó el ahorro que tenía programado y ya no puedo costear la próxima renta”.
La vivienda a la que se mudará le costará dos mil pesos mensuales en la misma zona. “Donde vivo es una casa con dos recámaras y una cochera, y nos vamos a cambiar a una vivienda de una sola recámara. Es muy reducido el espacio”.
Desde que inició la contingencia sanitaria, Magdalena buscó ser beneficiaria de varios programas del Gobierno estatal, pero no ha sido aceptada. “Es absurdo, porque conozco gente que han apoyado y son mujeres casadas, que viven con el esposo, que no pagan renta”.
También solicitó una beca educativa para su hija y le respondieron que la documentación estaba incompleta. No ha solicitado apoyo del Gobierno federal.