El próximo año la economía mexicana va a rebotar, pero aun será insuficiente
El experto afirma que el país demorará años para recuperarse del golpe que asestó la pandemia Apostar al desarrollo de nuevas tecnologías y energías limpias, clave para retomar el rumbo
La crisis económica que ha sido provocada por el COVID-19 será una de las más pronunciadas y México tardará varios años para recuperarse de ella. Así lo afirma el ex subsecretario de Economía en México, Luis de la Calle Pardo.
De acuerdo con el académico, este año la economía mexicana caerá entre 8% y 10%, y aunque el próximo año comenzará una recuperación, ésta no será suficiente.
El doctor en Economía considera que sería contraproducente, una vez pasado el confinamiento, que el Gobierno trate de rescatar a las empresas. De hecho, sugiere que mejor se trabaje en las ventajas competitivas de México, como logística y energía, e incluso apostar por el desarrollo tecnológico.
— ¿Cuál es su evaluación de la crisis económica generada por el COVID-19 en el país? — Con respecto a 2019, la economía sufrirá una caída muy importante este año. Es la más importante de todas las crisis recientes que hayamos tenido. Más profunda que en 1995, que en 2009, que en 1982 y 1987. Es una crisis muy seria y con una repercusión económica importante.
— ¿Cuál es su expectativa de la caída del Producto Interno Bruto (PIB) para el cierre de este año?
— Dependerá de cómo se comporte la economía en los últimos meses. Pienso que entre -8% y -10% será la caída del PIB.
— ¿Qué previsión hay para 2021?
— La economía va a rebotar, pero va a rebotar de una manera insuficiente para cerrar la brecha de la caída de 2020. Vamos a tener algunos trimestres positivos por ese efecto de rebote, pero dependerá de lo que hagamos para que México se vuelva un país atractivo a la inversión.
— ¿Cuáles serán los principales desafíos económicos para el Gobierno?
— Va a haber un desafío desde el punto de vista de las finanzas públicas, con un Gobierno que va tener una menor recaudación de la que espera. Habrá mucha fricción con los gobiernos estatales en materia de presupuesto y Pemex (Petróleos Mexicanos) seguirá teniendo una presión importante en sus finanzas.
— ¿Qué retos advierte para el crecimiento de México?
— La dificultad de generar suficiente inversión.
— Pese a ese escenario, ¿Habrá algún repunte? ¿En qué sector?
— Todo lo ligado a la exportación. Estamos observando una diversificación y riesgo de penetración del mercado chino en el mundo, y México es un buen país para diversificar ese tipo de riesgo. Si supiéramos hacer bien las cosas, seríamos todavía más atractivos. Si la economía de Estados Unidos crece, vamos a tener importantes números de exportación.
— ¿Qué sectores serán los más afectados o los que tardarán más en reactivarse?
— Hay sectores en donde vamos a tener un exceso de capacidad instalada por un tiempo; entre ellos, el sector Turismo y el de Transporte. En el sistema educativo también vamos a tener un exceso de capacidad instalada y en algunas industrias cuyos consumidores no estén plenamente recuperados.
— ¿Cómo califica las medidas aplicadas por el Gobierno federal para atender la crisis económica por el COVID-19?
— El Gobierno de México ha preferido tener un papel relativamente discreto en términos de apoyos a las familias y a las empresas. A estas alturas es mejor que el Gobierno tenga finanzas públicas sanas porque el apoyo servía sobre todo al principio, durante el confinamiento.
— ¿En qué deberán trabajar las autoridades para apuntalar la economía?
— Trabajar en las áreas que hacen atractivo a México, allí es donde hay que poner el acento. La primera es la logística: mejorar los sistemas de transporte en el país. La segunda es la energía: necesitamos ser más competitivos en el sector para que eso se traduzca en un mayor crecimiento industrial. También necesitamos apostar en favor del crecimiento tecnológico y respetar las reglas; que no estén cambiando para que se pueda invertir.
— ¿Cuál es el papel de los estados?
— Tendrán una enorme responsabilidad, porque muchas de las actividades que el Gobierno federal no haga se tendrán que hacer en el ámbito estatal, y los estados deben aprovechar esa coyuntura para posicionarse como receptores de inversión y convertirse en motores de crecimiento del país, y no esperar a que la solución venga de la Ciudad de México.