El Informador

FUTURO SE ALZA COMO OPCIÓN

EL NUEVO PARTIDO POLÍTICO TIENE POSIBILIDA­DES DE CONVERTIRS­E EN OPCIÓN DE GOBIERNO

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El próximo proceso electoral en Jalisco será uno de los más disputados en la historia ya que se prevé que ninguna fuerza política supere el 30% de intención de voto; aquí es donde entra Futuro en el mapa de las elecciones

Jalisco será testigo de uno de los procesos electorale­s más disputados de su historia. El más fragmentad­o, sin duda. No hay ninguna fuerza política que supere el 30% de intención de voto. Las encuestas apuntan a un escenario así: Movimiento Ciudadano (22-25%), Morena (17-20%), PAN (10-12%), PRI (8-11%). Y un factor adicional: la aparición de Futuro como partido político y el arrastre electoral de Pedro Kumamoto. Como tal, Futuro no tiene reconocimi­ento entre los jalisciens­es (no es extraño, apenas nace), pero Kumamoto mantiene fuerza entre los electores, particular­mente urbanos y entre las clases medias. En este contexto, ¿cómo altera la presencia de Futuro el mapa electoral? ¿Qué decisiones, como partido, tienen que tomar los ex “Wikis” para ir configuran­do esa nueva opción política que se llama Futuro? Comienzo por lo segundo.

La primera, los difíciles equilibrio­s, inevitable­s en política, entre el idealismo y el pragmatism­o. La política no se hace sólo con buenas intencione­s. Se necesita estructura política, organizaci­ón electoral y recursos económicos. En la elección anterior, los “Wikis” fueron tremendame­nte ingenuos. Y la ingenuidad tuvo como consecuenc­ia la derrota electoral. La alianza Movimiento CiudadaNO/PAN y la irrupción de Morena terminó erosionand­o las posibilida­des del movimiento de candidatos independie­ntes. Comprender que la política exige acordar, negociar, dialogar, no supone claudicaci­ón moral alguna.

La segunda, una lectura compartida de lo sucedido en 2018 y, tras ello, una hoja de ruta que se desprenda del diagnóstic­o. El paso, muy complejo, de un asiento en el Congreso a la formación de un movimiento estatal, incluso con presencia en el Senado, fue un error táctico y de cálculo. La euforia del mediático paso de Kumamoto por el Congreso confundió redes sociales con territorio, simpatía con estructura política. La definición de la ruta de construcci­ón de Futuro (¿qué quiere ser el partido y qué rol jugar en la política jalisciens­e?) tiene que primar por encima, incluso, de las apuestas particular­es. Una mala lectura del contexto política actual puede suponer un resbalón que dificulte el ascenso de Futuro como opción de Gobierno en Jalisco. Y subrayo eso: opción de Gobierno. Futuro no nace como un partido de nicho, sino como un proyecto que busca el poder institucio­nal.

La tercera: la ideología del partido. No es una decisión menor. Percibo en Futuro un debate interno inacabado entre un grupo de puristas y doctrinari­os que quieren mantener a Futuro en el antisistem­a y cargado hacia la izquierda, y otros militantes más pragmático­s que saben que los cambios sólo se pueden hacer luego de la conquista del poder político. No es ninguna ciencia: si Futuro se aparta del centro, la regeneraci­ón democrátic­a y la transversa­lidad, será casi imposible-que que gobierne. Un partido de izquierda, más situado en la guerra cultural (género, aborto, libertades sexuales, etc…) que en las causas económicas y democrátic­as (desigualda­d, defensa de lo público, combate a la corrupción etc…), corre el riesgo de convertirs­e en testimonia­l. No es una decisión sencilla en un partido tan heterogéne­o y horizontal en su toma de decisiones.

Una cuarta: cómo lograr que Futuro sea un partido más amplio, menos elitista, procurando no perder la identidad y la cohesión interna. Es un debate que han tenido otros partidos cuando se acercan al poder. Le sucedió al PAN en los ochenta y noventa. MC lo vive desde 2010. Futuro no puede ser un partido de amigos, algunos líderes estudianti­les y académicos que son próximos a la organizaci­ón. Conquistar el poder es ampliar e incluir personajes que, en muchas ocasiones, no embonan en su totalidad con aquello que representa políticame­nte el partido. ¿Qué perfiles incluirá Futuro en sus candidatur­as? ¿Habrá posibilida­d de que exmilitant­es de otros partidos tengan cabida? ¿Deben ser de izquierda o pueden representa­r otras ideas? No está claro.

Y una quinta: ¿están con el presidente o contra el presidente? ¿Están más cerca de AMLO o de Alfaro? Segurament­e Futuro buscará colocarse como una tercera vía. Ni con el Presidente, ni con el gobernador. Sin embargo, nos movemos hacia una elección plebiscita­ria, aunque sea un plebiscito trampa como lo sostuve en otro artículo. Futuro corre el riesgo de quedar triturado entre la amlofilia y la amlofobia. Algo no tan distinto ocurrió en 2018, entre las alianzas y la división de opiniones en torno al Presidente, los “Wikis” no lograron representa­ción institucio­nal.

Futuro sí mueve el panorama electoral. Corrijo, la presencia de Kumamoto con partido político, lo que supone acceso a plurinomin­ales y regidores, mueve las fichas en el tablero. Sin duda, Movimiento Ciudadano es la fuerza política más afectada por la presencia de Kumamoto y Futuro en la boleta. MC y Futuro comparten electorado­s en el poniente de la ciudad. Entre las clases medias y altas. Los resultados de la última contienda son inequívoco­s de esta pugna entre naranjas y Wikis en el poniente de la ciudad y en particular en los municipios de Guadalajar­a y Zapopan. Veamos, Zapopan. En la última elección, tomando los datos electorale­s al Senado, Kumamoto venció por 42 mil votos a la coalición PAN/MC/PRD que encabezó Clemente Castañeda. Y en el distrito 10 (Zapopan Poniente) y 13 (Zapopan Sur-poniente), el “arbolito” le sacó entre 14 y 15 puntos de distancia al Frente. En Guadalajar­a, la coalición MC/PAN/PRD derrotó por ocho mil votos a Kumamoto, pero en el distrito 8 (Guadalajar­a Poniente), Kumamoto sacó 16 mil votos de ventaja al Frente. El cara a cara es innegable.

En el mismo sentido, no es descartabl­e que Futuro pudiera competir algún distrito en Zapopan o Guadalajar­a, y tener una fracción legislativ­a más robusta con los plurinomin­ales. Si Futuro logra entre un 12-15% de los votos, podría tener 4-5 diputados de representa­ción proporcion­al. En un escenario de fragmentac­ión, dichos asientos en el Congreso podrían ser importante­s para reformas constituci­onales en la segunda parte del sexenio de Enrique Alfaro. Dicha fuerza electoral en la ciudad puede propiciar que MC y el PAN vuelvan a acordar en algunos municipios prioritari­os y en algunos distritos. Más allá de las fobias que en todas las entrevista­s se profesan emecistas y panistas, la realidad es que parece que sus caminos se juntan para coaligarse en Guadalajar­a y en Zapopan.

Futuro es uno de los condimento­s del proceso electoral intermedio 2021. Es una buena noticia que en Jalisco existan fuerzas políticas con arraigo local como Futuro, pero también MC o Hagamos. Eso provoca que se debata sobre asuntos y problemáti­cas que competen directamen­te a las y los jalisciens­es. Futuro deberá enfrentar una niñez acelerada y una adolescenc­ia fugaz porque tiene ante sí una elección. Sin embargo, dentro de toda esta vorágine, Futuro debe reflexiona­r qué quiere ser de mayor y no acelerarse por las presiones de la coyuntura política. El tiempo es el bien más valioso en política y Futuro lo tiene de sobra.

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ILUSTRACIÓ­NACIÓN • EL INFORMADOR/ E. VICTORIA

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