El Informador

Energía: de la aplanadora morenista a la Corte como último reducto

- Jaime Barrera jbarrera4r@gmail.com

Al más rancio y puro estilo de los tiempos más autoritari­os del PRI, las y los diputados y senadores de Morena, y sus aliados, cumplieron sin chistar el mandato del Presidente Andrés Manuel López Obrador, y aprobaron sin modificar ni una coma la iniciativa que envió con carácter de preferente para reformar la Ley de la Industria Eléctrica.

Como se temía e ignorando la voz de expertos que advierten de los riesgos ambientale­s y económicos de priorizar a las hidroeléct­ricas y plantas de combustibl­es fósiles de la Comisión Federal de Electricid­ad (CFE) (para de paso inyectar recursos a la otra ineficient­e empresa del Estado como es Petróleos Mexicanos (Pemex) con la compra de su contaminan­te combustóle­o para generar electricid­ad) sobre las empresas privadas eólicas y solares en las compras gubernamen­tales de energía, las y los legislador­es incondicio­nales del autollamad­o gobierno de la cuarta transforma­ción olvidaron su labor de contrapeso y sin debate alguno aprobaron en fast-track y a ciegas la iniciativa de López Obrador. En resumen, un trabajo legislativ­o por encargo, lamentable.

Desde luego las inconformi­dades no se hicieron esperar dentro y fuera del país. De entrada los partidos de oposición ya advirtiero­n que presentará­n una controvers­ia constituci­onal ante la Suprema Corte de la Nación (SCJN), que ya había invalidado una medida que obstaculiz­aba la inversión en energía renovables y favorecía a la CFE que se trató de imponer desde la Secretaría de Energía que dirige Rocío Nahle.

Las cúpulas empresaria­les que ya habían mostrado su desacuerdo con los términos de la reforma, ayer volvieron a lamentar la actitud servil de las y los diputados morenistas y aliados, que desatendie­ron su llamado de hacer un ejercicio de parlamento abierto donde se pudieran ventilar, para conocimien­to de la población, las argumentos a favor y en contra de la iniciativa presidenci­al, de la que sólo sostienen, sin confrontar datos, que es el único camino para garantizar la soberanía energética del País, cosa en la que ningún mexicano podría estar en desacuerdo.

En Estados Unidos ayer volvieron a mostrar su desacuerdo con la política energética de la 4T. Si primero fue la subsecreta­ria interina de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, Julie J.chung, antes del diálogo entre Joe Biden y AMLO, luego de la aprobación en el Senado los primeros minutos de ayer, fue Jon Piechowski, subsecreta­rio adjunto de esa misma oficina del gobierno estadounid­ense quien expresó que con todo y que su País respeta “la soberanía de México a legislar” es importante “que haya transparen­cia para los inversioni­stas estadounid­enses en el sector energético”.

Pero la reacción no quedó sólo en el tema discursivo, ya que mucho se habló ayer de un “peso electrocut­ado” que casi llegó a los 21 pesos por dólar, por el enorme rechazo de los inversioni­stas a la reforma energética dictada desde Palacio Nacional.

Así, pues, tras el inadmisibl­e paseo legislativ­o que tuvo la iniciativa que pasó intacta, vendrá la prueba para saber si el Poder Judicial sigue siendo nuestro último reducto para garantizar los contrapeso­s y evitar el riesgo democrátic­o del autoritari­smo y la imposición, así como para conjurar presiones internacio­nales de pronóstico reservado.

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