Desarrolla tus habilidades como jinete
Mon de Cavalls ofrece clases personalizadas para practicar la actividad ecuestre de forma divertida y profesional
El deporte de la equitación es una bella actividad que cada vez es más accesible para la gente. Montar un caballo en todo su esplendor y cabalgar por el club hípico realizando los saltos es algo posible en Mon de Cavalls, sin necesidad de tener un caballo propio.
María del Rocío Perez de la Vega Navarro, directora y cofundadora de Mon de Cavalls, platicó sobre las actividades que tienen en su club hípico: “Principalmente es la escuela de equitación, en conjunto se ve con todo lo que es la psicología del caballo. Se trabaja unas clases montados y otras desde abajo con el caballo. Es lo que puede marcar la diferencia con otras escuelas”.
Además de trabajar con el caballo montados y con el jinete en suelo, algo que distingue la docencia de Mon de Cavalls es la manera en que tratan a los animales: “La ideología es un poco volver al caballo a ser un caballo. La equitación ha humanizado mucho al caballo, no está encerrado en su caballeriza y sólo saliendo con el jinete. Nosotros lo que hacemos es soltarlo, trabajando con ellos sueltos también”. En total el terreno con el que cuentan son dos hectáreas, en las cuales hay dos pistas para cabalgar, además de un corral de gran tamaño en donde trabajan con los equinos.
La escuela de equitación comenzó hace dos años, y al poco tiempo vino la pandemia que trastocó la vida pública. Sin embargo, al ser un lugar para practicar deporte al aire libre pudieron sacarle provecho a la situación:
“La pandemia nos ayudó porque la gente buscaba deporte al aire libre. Es un deporte que ha crecido mucho desde hace seis años para acá, cada vez más gente monta. Es un deporte que antes era muy caro, pero cada vez es más accesible”.
Un factor extra es el préstamo de los caballos: “En escuela te prestamos el caballo, no tienen que tener un caballo propio. Eso lo encarecía mucho más: tenerlo, pagar la pensión, mantenerlo, veterinario. Todo eso lo absorbe la escuela”.
En total son 16 caballos de planta los que habitan para las clases. Además de estos ejemplares, para los alumnos que no poseen su propio caballo y pagan las cuotas mensuales para sus clases, en Mon de Cavalls habitan otros caballos que pertenecen a los alumnos.
En cuanto a la docencia, en Mon de Cavalls tienen un jinete profesional, apoyado por dos instructores más que montan también. Estos últimos “son los que están enfocados en la escuela. Con ellos es el paso A, B, C. Cuando los alumnos logran saltar más, hacer más deporte, más días, pasan con el otro instructor profesional. Empiezan a concursar más en forma, en estatales y nacionales.
Como recomendación para la gente que desee acercarse a la equitación, María del Rocío exhortó a los lectores a visitarlos: “Que la persona que vaya a montar tenga el amor por el animal, y por la naturaleza”.
A la par de la pasión, para montar es necesario el equipo y la vestimenta, como el casco y las botas.