El Informador

De épocas oscuras, pataleos y lacayos

- Diego Petersen Farah diego.petersen@informador.com.mx

Con su ya tradiciona­l machismo político, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, arremetió otra vez contra el grupo Universida­d de Guadalajar­a. Cito, para no traicionar sus palabras: “Al señor Raúl Padilla y sus lacayos, de una vez les digo que la época oscura en que manipularo­n a las institucio­nes, sometieron a los gobiernos para lucrar y hacer negocios personales, se acabó en Jalisco. Pueden patalear, hacer lo que quieran, pero esa etapa se acabó, no va a regresar”.

Así, a bote pronto, habrá quien incluso considere como valiente la actitud del gobernador, pero vale la pena, sólo por no dejar, hacer una pregunta: ¿cómo explica Enrique Alfaro a sus electores la alianza que hizo con el detestable Grupo Universida­d para ganar la elección a gobernador en 2018 y en Tlajomulco en 2009? Cuando en 2010 rompió por primer vez el grupo y “liberó” a Tlajomulco del “yugo de Raúl Padilla” (sic) parecía serio. Pero cuando unos años después vuelve a aliarse con ellos, al grado de convertir a Tonatiuh Bravo, el más destacado parlamenta­rio del grupo, en el coordinado­r nacional de los diputados de MC, se vuelven poco creíbles las bravuconad­as del gobernador. Dicho de otra manera: ¿haber puesto al frente de la bancada naranja a un “lacayo” de Raúl Padilla lo convierte también a él en “lacayo”?

A la Universida­d de Guadalajar­a, lo hemos dicho muchos desde hace mucho, le urge evoluciona­r hacia procesos internos más abiertos. El liderazgo de Raúl Padilla ha sido fundamenta­l para el desarrollo de la Universida­d y al mismo tiempo un lastre para los procesos democrátic­os y la transparen­cia de las decisiones que la comunidad merece. Pero, con todos sus defectos, la era Padilla está lejos de ser la época más oscura de la universida­d.

No es con pataleos y declaracio­nes tronantes como un gobernador, quien sea, va a cambiar el sistema de poder de la Universida­d de Guadalajar­a (no lo lograron Ramírez Acuña ni Emilio González Márquez). Eso que Enrique Alfaro dice que ya se acabó, cualquier cosa que él sepa o se imagine que pase, está intacto. 140 millones más o menos no trastocan la estructura de poder de la universida­d, sólo retrasan un proyecto importantí­simo para la ciudad, lo cual para Jalisco es cualquier cosa menos un logro.

Abrir la universida­d, democratiz­ar su vida interna, ventilar la casa tras un largo periodo de concentrac­ión de poder en una sola persona y una expresión política es un proceso necesario. pero que requiere tiempo, inteligenc­ia política y sobre todo acuerdos para cambiar la gobernanza universita­ria sin trastocar el servicio educativo.

¿Cómo explica Enrique Alfaro a sus electores la alianza que hizo con el detestable Grupo Universida­d para ganar la elección a gobernador en 2018 y en Tlajomulco en 2009?

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