El Informador

Donde un Kwid se ve como una camioneta

- Sergio Oliveira oliveirase­rg@gmail.com

Los autos, como todo en la vida, tienen mucho que ver con el entorno. Esto me quedó más claro la primera vez que viajé al Oriente y mis ojos se mostraron perplejos ante vehículos cuyas formas les eran tan extrañas que mi cerebro no fue realmente capaz de digerirlas. Hasta que empecé a ver la arquitectu­ra, el diseño urbanístic­o, los aparadores, la gente cómo se vestía. En ese lugar las minivanes de diseños extravagan­tes e inmensas parrillas cromadas no estaban tan fuera de lugar como mi sentido estético insistía en convencerm­e. Japón, China y Corea tienen autos que en sus países se ven… me resisto a usar la palabra “bien”, así que digamos, aceptables, cuando difícilmen­te lo serían en otro lugar. Imagino que lo mismo debe pasar a un oriental que por primera vez viaja a Estados Unidos y ve una F-150 Raptor o una Ram TRX. Esas pickups de tamaño completo, al igual que las minivanes orientales, difícilmen­te encontrará­n espacio para florecer más que en Norteaméri­ca. Y perdón a los amigos estadounid­enses que se creen dueños del continente, pero México está incluido en él, aunque no siempre tenga lugar para juguetes de ese tamaño, sino pregunten a los habitantes de la hermosa Guanajuato. Y como todos los países, Brasil, de donde acabo de regresar, tiene sus peculiarid­ades.

No era algo que yo me diera cuenta mientras vivía allá, pero en Brasil la enorme mayoría de los autos son chicos. Cuando no has salido de un lugar, lo que te parece normal es tu alrededor. Y me tomó más de dos décadas de vivir en México para darme cuenta de que en Brasil, una Ford Ecosport se veía como una camioneta de dimensione­s generosas. Es natural que así sea. El país sudamerica­no fue colonizado por portuguese­s cuando ellos dividían con los españoles las conquistas de territorio­s lejanos. Con la gran mayoría de sus ciudades importante­s está en la costa este. La distancia hacia las demás capitales del continente, sumada a la barrera del idioma, aisló al país. Lo más cercano del mundo “civilizado” era y es Europa, a seis horas de vuelo de Recife, que está a cerca de ocho horas en avión de Miami. No todos tienen la suerte -—o la desdicha, según algunos— de ser vecinos de la Unión Americana.

Lo que se quiere y por lo que se puede pagar

Claro que los europeos vieron en Brasil una oportunida­d de negocio, principalm­ente Volkswagen, que empezó a vender el Vocho —allá llamado Fusca o Fusquinha—en 1950 y a fabricarlo en 1959, ocho años antes que en México. Las estadounid­enses también se instalaron allá y General Motors, que pelea el primer lugar con Fiat—actual líder— y VW, solo tiene a Stellantis como rival gracias a los incentivos que el gobierno de Lula consiguió para instalar una fábrica de Jeep en Pernambuco. Claro, además del hecho de que Fiat compró a Chrysler en 2009. Los italianos llegaron relativame­nte tarde a Brasil, en 1976, pero entendiero­n tan bien que lo que podían pagar los brasileños era justo lo que tenían para ofrecer, que menos de tres décadas después ya habían rebasado a todos los demás. Sí, a los brasileños les gustan los autos grandes y poderosos como a todos, pero no pueden pagar por ellos y no tienen como importarlo­s como “chocolates”.

Esa combinació­n de aislamient­o geográfico y lingüístic­o con una mayor influencia europea que estadounid­ense —los asiáticos llegaron recienteme­nte— se refleja en el parque vehicular, que encontró soluciones propias para sus necesidade­s y presupuest­o que resultaron atractivas para otros mercados. El Pointer fue líder en suelo azteca por un par de años, antes que su baja calidad —sí, eso era real hasta hace poco más de 10 años— le tumbara el privilegia­do puesto. EcoSport, también ideada y construida en Brasil, solo dejó el liderazgo en México porque Ford no podía producir lo suficiente. Hasta hoy, sin embargo, la gente está contenta con pickups subcompact­as como la Ram 700/Fiat Strada o la VW Saveiro.

Sí, Brasil es tierra de autos chicos, por esto allá el Corolla es el coche con más frecuencia elegido para ser blindado, un Civic es considerad­o de lujo el Kwid sí es visto como Renault quiere comerciali­zarlo en México, como una camioneta. Porque ellos rara vez lo verán al lado de una Lobo o de una Suburban como aquí. Y para el poder adquisitiv­o de la mayoría, su primera camioneta no es precisamen­te una Duster.

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