SIN PRUEBAS, NI DUDAS
“No sospecho de nadie, pero desconfío de todos” Mario Moreno “Cantinflas”.
Pocas veces genera atención el nombramiento de consejeros del Poder Judicial del Estado; sin embargo, en esta ocasión en la que nombraron dos consejeros ciudadanos y una consejera juez ha sido la noticia más relevante de la semana, y no es para menos.
Los consejeros son los encargados de supervisar el buen funcionamiento del Poder Judicial del Estado, mismos que a decir de la Constitución de Jalisco “deberán distinguirse por su capacidad, honestidad y honorabilidad”; sin embargo, los perfiles seleccionados resultan altamente cuestionables y el proceso fue desaseado por decir lo menos.
Basta observar que la sesión en la que fueron nombrados los nuevos consejeros se celebró el día 5 de marzo de manera exprés (sin contar con la presencia del presidente de la Comisión de Seguridad y Justicia del Congreso), mismo día en el que fue obtenida una suspensión de amparo por una de las aspirantes en la que le ordenaba al Congreso abstenerse de llevar a cabo la elección de consejeros o en su caso no tomar protesta a los seleccionados; por lo que era apremiante tomarles protesta previo a que les notificaran esta orden emitida por un juez federal.
Por si lo anterior fuera poco, los 29 diputados presentes votaron por unanimidad a los tres candidatos a pesar de que el dictamen de elegibilidad no lo elaboró la comisión competente, no contaban con los resultados de los exámenes y violaron el principio de paridad de género.
El proceso fue una simple faramalla en la que el único parámetro objetivo fue un examen de conocimientos cuyos resultados reflejan de pies a cabeza el estado actual del Poder Judicial del Estado.
De los dos candidatos ciudadanos resulta imposible pensar que cualquier mortal se sienta medianamente representado por alguno de ellos y menos aún que tengan visión que atienda los intereses de la sociedad.
El primer consejero “ciudadano”, Luis Enrique Castellanos Ibarra, obtuvo la segunda mejor calificación en el examen de conocimientos (80), quien cuenta con una larga carrera en el Poder Judicial, cuestión que hace difícil creer que esté interesado en hacer un verdadero cambio en la deficiente impartición de justicia; más aún si tomamos en cuenta que durante tres años fungió como director de Oficialía de Partes (la oficina que se encarga de recibir y turnar los expedientes a las diferentes salas y juzgados), misma que ha sido cuestionada durante décadas por remitir los expedientes a determinados juzgados a modo. Valga preguntarnos: ¿por qué durante su encargo no fue bueno para implementar un sistema electrónico de los turnos? Y que sean realmente aleatorios. Ni hablar de su parentesco con el actual secretario General de Gobierno, Enrique Ibarra.
El segundo de los ungidos es Irving Israel Ávila Trujillo, quien aprobó de panzazo (65), quedando en un honroso décimo lugar de 49 aspirantes. Sobre el candidato para ocupar el puesto de consejero ciudadano basta señalar que se postuló para dirigir el PAN Guadalajara y posteriormente fue candidato a diputado por el mismo partido. Si, el consejero ciudadano intentó dirigir el PAN y fue candidato a diputado; el chiste se cuenta solo.
Por último, la tercera de los proclamados quien habrá de cubrir el espacio de Consejera Juez, es la señora Juez Gabriela Sánchez Cabrales, quien obtuvo una calificación reprobatoria (57), quedando en 16to lugar de 49 aspirantes, es decir, su destacada participación al obtener una calificación reprobatoria le dio los suficientes méritos para considerarla la mejor representante de las y los jueces del Estado.
Los perfiles de aquellos que fueron “los mejores” distan mucho de ser buenos o siquiera aceptables para ser quienes deben asegurar de que los jueces actúen de la manera correcta, los tres han trabajado en el Poder Judicial durante un tiempo más que considerable y han hecho poco o nada para mejorar la calidad de la impartición de justicia en el Estado.