Historia con final “imprevisto” en Morena
La designación de Morena y sus aliados fue la más truculenta y accidentada de las historias por la candidatura tapatía, incluido el final inesperado: José María “Chema” Martínez, coordinador de los diputados de Morena en el Congreso local y ex panista de un cuarto de siglo, señalado y condenado por su pragmatismo y sus beneficios, se alzó como candidato hasta el último momento posible para registrarse, el 3 de marzo pasado.
Mucho antes de que las inexplicables decisiones morenistas determinaran a “Chema”, se habían anunciado como aspirantes, personajes como la diputada local María Padilla Romo (“compañera” siempre adversa a “Chema”), los regidores Mariana Fernández Ramírez y Salvador Hernández Navarro, y habían sonado el ya mencionado Salvador Caro Cabrera, además de la diputada y universitaria Mara Robles Villaseñor.
Pero el “caballo negro”, el siempre esperado en Morena, el que fue invitado una y otra vez por la misma Claudia Sheinbaum Pardo, fue el rector de la Universidad de Guadalajara, Ricardo Villanueva Lomelí. De él incluso se dijo que podía ser candidato no a la presidencia de Guadalajara, sino a la gubernatura de Jalisco.
Él mismo aclaró, ya en entrevista con este medio, que decidió no aspirar a ninguna candidatura para que pudiera concretarse la reforma que dará a la Universidad de Guadalajara un presupuesto constitucional.
Eliminada la carta más fuerte en Morena, se había desatado una contienda feroz. La figura de Carlos Lomelí Bolaños, apoyando públicamente a María Padilla como primera opción, y a Mariana Fernández como una alternativa, operó con encuestas, eventos públicos, declaraciones e iniciativas sin fin.
Paciente, moviendo los hilos de sus relaciones empresariales y en la Ciudad de México, “Chema” Martínez acabó por vencer las resistencias o quizá, convirtiéndose en la única salida. Pasó de apoyar a Claudia Sheinbaum a impulsar abiertamente al secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández. Esa apuesta se perdió y después de contender para ser candidato a gobernador para chocar con Carlos Lomelí y volver a caer, ahora frente a Claudia Delgadillo González, mantuvo el pulso por Guadalajara.
El nombre de “Chema” Martínez bajo y subió, hasta el desenlace que se conoció el domingo 3 de marzo, cuando cerró el calendario de registros y cuando, coincidentemente, también visitó Guadalajara la candidata Claudia Sheinbaum.
¿Inesperado, sorpresivo? Sí, ambos.
Se auguró una tercia de candidatas y se rompió con el abanderado de Morena.
Pero así es Guadalajara, la antesala de la gubernatura de Jalisco. Mucho se afirma que es más difícil alcanzar la candidatura que la alcaldía.
El 2 de junio próximo, los tapatíos que voten, decidirán el futuro de la Perla de Occidente.