Un adiós por decisión propia
Para miles de aficionados al futbol en Guadalajara, las idas al Estadio Jalisco contaban con un ingrediente inconfundible: la voz de Rafael Almaraz; sin embargo, paulatinamente fue desapareciendo ese elemento, aunque hoy en día una gran parte de la afición tapatía sigue preguntándose qué ocurrió con la voz del Monumental
— ¿Por qué se fue del Estadio Jalisco?
— Hubo detalles muy desagradables que no quiero ni mencionar, pero todo fue por el trato que se me dio en la administración de TV Azteca con el Atlas. Eso sí, quiero dejarlo muy claro, a mí nadie me corrió, yo renuncié.
— ¿Se fue desilusionado por el trato que recibió?
— Sí. Me fui incómodo, melancólico. Después de asistir 51 años a un estadio, ser la voz y con el reconocimiento, ahora me toca ver los partidos a través de la televisión, ver el Estadio Jalisco y escuchar otras voces que se alcanzan a percibir. Sí, hay melancolía, pero como dicen, nada es eterno y todo inicio tiene un final.
— ¿Cree que Guadalajara tiene mala memoria con sus personajes?
— Yo diría que hay ocasiones raras. Por ejemplo, un amigo tuyo que fallece y sientes la pérdida el primer día, con el tiempo se borra. Yo tuve un programa de éxitos que se llamaba “La máquina del tiempo”, y tenía mucho rating con la gente de aquella época. Hoy si tú le preguntas a un chavo pues no tiene idea y es normal.
— Con más de 50 años en el Estadio Jalisco y una carrera consolidada en la radio, ¿qué le falta por cumplir?
Desgraciadamente los años te cobran factura. Si no hubiera sido por esos detalles del 2018, de TV Azteca que administraba al Atlas, todavía seguiría siendo la voz del estadio. Pero mira, por algo suceden las cosas y ya ¿qué puedo decirte? Volver al estadio lo veo muy difícil. La radio sí me gustaría, pero está acabada. Ahora ya con el modernismo se acabó la radio. Lo que sí quiero dejar en claro a toda la afición es que a mí no me corrieron del Estadio Jalisco; yo soy el que ya no quise ir.