Perú, Bolivia o Paraguay: la mayoría carece de un plan de jubilación
AMÉRICA LATINA.- En Perú, la situación no es menos preocupante. La pensión media es de 500 soles (133 dólares), mientras que el salario mínimo es mil 025 soles. Con la mayoría de los adultos mayores sin acceso a un sistema de pensiones formal, y una gran proporción trabajando en la informalidad, la jubilación se convierte en un lujo para muchos.
Aunque se han implementado programas de asistencia social, como Pensión 65, la realidad es que los ingresos de los adultos mayores son insuficientes para cubrir sus necesidades básicas.
Bolivia, a pesar de contar con un sistema de pensiones que permite una renta de vejez de hasta el 70% del salario referencial, enfrenta desafíos significativos en términos de cobertura y suficiencia de ingresos.
En un país de 12.2 millones de personas, el número de jubilados que reciben pensión es de apenas 220 mil, un 68% de los cuales perciben una prestación menor a seis mil bolivianos, (unos 862 dólares).
Aunque el sueldo mínimo es de dos mil 362 bolivianos (unos 342 dólares), lo cierto es que el 80% de la población económicamente activa trabaja en la informalidad, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En Paraguay, la cobertura de la seguridad social es de apenas el 24.5%, muy por debajo del promedio latinoamericano, que es del 61% de la población total, dejando a una gran proporción sin acceso a un sistema de pensiones formal.
En un país donde el salario mínimo es de dos millones de guaraníes (unos 269 dólares), existen dos pilares para el régimen de protección social, uno contributivo, que se financia con aportes de los trabajadores, y otro no contributivo, que recibe fondos del erario público.
La realidad de las pensiones en América Latina es un reflejo de las profundas desigualdades y dificultades económicas que enfrentan millones de ciudadanos en la región.