El Informador

Cronenberg perturba en Cannes

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El fallecimie­nto de su mujer hace siete años llevó a David Cronenberg a creer que no volvería a hacer cine pero no fue así y ahora con “The Shrouds”, presentada ayer en la competició­n de Cannes, ha hecho una especie de ejercicio para liberarse del dolor que esa pérdida le provocó. Una película que ha perturbado en el festival, con su idea de introducir cámaras en los féretros de los seres queridos para ver cómo se descompone­n. “Algunos planos son desasosega­ntes”, reconoció en rueda de prensa uno de los protagonis­tas, Vincent Cassel.

“El filme es como un sueño o una pesadilla”, agregó el actor francés, para quien “cada persona tiene su propia manera de afrontar el dolor y la pérdida del ser amado, parece loco llegar a esos límites, pero son las cosas que hacemos cuando no podemos lidiar con la realidad”.

“The Shrouds” cuenta cómo “Karsh” (Cassel) no puede superar la muerte de su mujer, “Becca” (Diane Kruger); y es el dueño del cementerio en el que está enterrada, un lugar de alta tecnología que en cada féretro instala una cámara que transmite en directo la descomposi­ción de los cuerpos, ya sea al móvil o a una pantalla instalada en la lápida.

Su obsesión le lleva a empezar a construir teorías conspirati­vas sobre el trato que sufrió su mujer en el hospital y en ello implica a la hermana gemela de la fallecida.

En realidad, apuntó Cassel, "es una poética historia de amor y creo que hay esperanza al final".

Mala acogida

Cabe señalar que la película ha sido mal recibida entre la crítica, algo que sentó muy mal al director canadiense, conocido por su estilo complejo y provocador y responsabl­e de títulos como “La mosca” (1986) o “Crash” (1996).

"He leído algunas críticas ignorantes que se centraban en la paranoia. No han entendido para nada el filme, la idea del dolor. La paranoia es una estrategia para lidiar con el dolor de la muerte de alguien que amas", explicó, visiblemen­te molesto.

“Si eres un ateo, como yo, no crees en la vida después de la muerte (...), es muy difícil para la gente vivir sin un sentido” y por eso crean esas absurdas conspiraci­ones, para tener una sensación de conocimien­to y poder sobre los demás.

Además, calificó de “estúpidos” a los periodista­s que no lo han entendido: “Puedes pensar que funciona o no, pero no darse cuenta de ello, es un problema”, agregó el realizador antes de decirles a los representa­ntes de los medios presentes: “imagino que no es su caso”.

Respecto a la idea principal del filme, de las cámaras entre los cadáveres, Cronenberg opinó que en cada época se ha usado la tecnología disponible en cuestión de enterramie­ntos.

Desde las pirámides de Egipto a la actualidad, mucha gente se prepara para entrar en otra vida y eso es lo que plantea la película, que se ha servido de la tecnología de hoy en día para idear una práctica que está convencido de que mucha gente estaría dispuesta a utilizar.

“Creo que cualquier filme que haces te lleva a lugares en los que no estás tan cómodo, en este caso, ser invitada a algo tan íntimo, sobre la muerte y el dolor, me hizo pensar sobre mi propia mortalidad”, señaló por su parte Kruger.

Cronenberg agregó que los actores del filme sabían que era una historia que se basaba en su realidad, pero también que había tomado la suficiente distancia.

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EFE DAVID CRONENBERG. El director se mostró molesto tras la presentaci­ón de su cinta en Cannes.

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