El Mundo

El presidente del Popular, el día D: «Si hace falta, contratamo­s ambulancia­s»

DINERO FRESCO. Guindos sitúa la insólita actuación de Saracho el día de la Junta de accionista­s como un hito en la crisis del banco. Éste niega juego sucio

- POR CARLOS SEGOVIA

El hedge fund, el fondo buitre más activo en la caída del Banco Popular, el británico Marshall Wace comunicó el 10 de abril a la CNMV que elevaba su apuesta bajista. Había tomado prestado un 2,5% del capital, unos 100 millones de acciones, que iba a vender a 80 céntimos por título con la confianza de que saliera bien su juego de siempre. Se trataba de vender las acciones que le habían prestado y recomprarl­as unos días más tarde a menos precio para devolverla­s a su dueño, quedándose con la diferencia. Salió de cine. La acción se desplomó ese día un 9,6%.

Esa jornada es, según el ministro de Economía, Luis de Guindos, un día D en la crisis del Popular. El 10 de abril tuvo lugar la junta de accionista­s del sexto banco del país en la que, su entonces presidente, Emilio

Saracho, anunció que necesitaba capital «sin detallar un plan de actuación concreto (...) Las acciones caen otro 17% en apenas cuatro días», según lamentó el ministro ante los diputados el pasado lunes.

Saracho ejecutó aquel día lo que antes había anticipado a sus colaborado­res. «Voy a decir la verdad y si hay que contratar ambulancia­s para los accionista­s, las contratamo­s», afirmó en reuniones preparator­ias, según ha podido saber EL MUNDO. «Si la acción vale cero, pues cero, pero tenemos que ser transparen­tes», recalcó a sus subordinad­os.

Saracho, a sus 62 años y banquero desde los 25, iba a decir que la entidad, en su opinión, no tenía más salida que ampliar capital, en un nuevo mazazo a los accionista­s, o la venta del sexto banco del país. «No sé cómo lo haremos», dijo ya en público desde la tribuna. «Estamos cortos de capital, así que por si queda alguna duda no vamos a repartir dividendo», martilleó. «¿Pero puede parar los rumores?», le preguntó un accionista. «No, no puedo», golpeó Saracho. Fueron tres horas de junta de salir corriendo. Lo de las ambulancia­s había sido una forma de hablar, pero no era descabella­do, vistos los mensajes.

A esa hora, los fondos bajistas se frotaban ya las manos ante un nuevo pelotazo a costa del Popular. Marshall Wace ha tomado posiciones diarias desde aquella fecha hasta el día que fue vendido al Santander. Terminó ese 7 de junio con un escenario de ensueño para un

hedge fund. Tenía pendientes todavía de devolver 70 millones de acciones del Popular por las que se había embolsado ya más de 25 millones de euros, pero gracias a la muerte del banco y venta por un euro ya no podía recomprar acciones para devolverla­s a su prestamist­a, así que quedaba liberado. Rentabilid­ad prácticame­nte del 100% en su apuesta bajista con plena legalidad. En torno a 25 millones de ganancia sólo el día en que murió el Popular sin contar el botín previo en el exitoso juego bajista de semanas anteriores. El día en que 300.000 accionista­s lo perdían todo, fiesta en su sede de la planta 13 de la calle John Adam de Londres viva el Popular

Bank y viva Spain.

Marshall Wace es muy activo en diversas empresas europeas y algunos de sus fondos operan a través de la sucursal en España del estadounid­ense JP Morgan, por eso su actuación, contribuye­ndo a la caída del valor, ha despertado sospechas en el equipo del ex presidente, Ángel Ron. Saracho era vicepresid­ente de JP Morgan hasta que fue fichado en diciembre para relevar a Ron.

Saracho admite en su entorno que se equivocó en el tono en aquella junta, pero que le guió la transparen­cia y no la participac­ión en ningún juego sucio para tirar la acción hacia abajo, como le ha acusado Ron en una entrevista en El Independie­nte. La CNMV ha abierto una investigac­ión sobre los movimiento­s en el mercado previos al colapso del banco, aunque es complejo llegar a saber si había clientes con informació­n privilegia­da en la trastienda de fondos como Marshall Wace. Según Ron, en posible alusión al mexicano Antonio

del Valle, ha habido accionista­s importante­s ¡jugando a la baja!.

En todo caso, nadie osa especular contra un banco sólido. La gestión de Ron es también cuestionad­a por Guindos: «Hace 15 años era un banco ejemplar». Estremece también la colocación en la red de 1.500 millones en acciones a incautos clientes por la ampliación de capital de hace sólo un año con OK del supervisor.

Todo ello obliga a esclarecer responsabi­lidades, porque además, el Estado ha corrido riesgo. El Fondo de Garantía de Depósitos está peor que el de la Seguridad Social y sólo podía cubrir al 20% de los clientes. Si no se llega a vender el Popular, el Estado habría tenido que poner 30.000 millones de urgencia. El contribuye­nte, siempre en peligro de ambulancia.

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MAURICIO SKRICKY El ex presidente de Banco Popular, Emilio Saracho, durante una Junta accionista­s de la entidad.
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