«Por el simple hecho de portar unos tirantes con la bandera de España»
La juez manda a prisión al okupa Rodrigo Lanza por asesinato con motivación ideológica
El okupa Rodrigo Lanza ingresó ayer en prisión sin fianza por haber asesinado a Víctor Laínez «tras haberle recriminado o llamado la atención por el simple hecho de portar, en el legítimo uso de su libertad personal, unos tirantes con la bandera de España», según el relato del juzgado de Zaragoza que adoptó la decisión. La juez entiende por tanto que se trata de un delito de odio.
Según la detallada descripción que hace el auto, Lanza coincidió con Láinez a las 3.00 horas del 8 de diciembre en el bar El Tocadiscos de Zaragoza y, a la salida del mismo, le agredió «por la espalda, sin posibilidad alguna de defensa y utilizando al efecto un objeto contundente como para provocarle una fractura ósea» que le provocó una afectación del tejido cerebral y terminó produciendo la muerte.
No contento con ello, señala la resolución judicial, «seguidamente, tras caer la víctima al suelo, le propinó fuertes golpes en la cabeza, quizá patadas, que le provocaron la rotura de los huesos propios de la nariz y zonas adyacentes». Laínez padeció así «agresiones de gran intensidad traumática, tanto en la parte posterior como anterior de la cabeza, sin que se aprecien signos externos de reacción o defensa en su cuerpo», constatan los partes médicos y el informe forense.
El agresor, de nacionalidad chilena pero vinculado a movimientos antisistema de Cataluña y Aragón desde hace más de una década, ya cumplió una condena de cárcel tras dejar tetrapléjico de una pedrada a un guardia urbano de Barcelona en el desalojo de una casa okupa en 2006.
Lanza alcanzó celebridad después de que Ada Colau y numerosas personalidades políticas del entorno nacionalista y de Podemos, y también mediáticas, lo defendiesen como probable inocente tras protagonizar Ciutat Morta, un documental que manipula las pruebas que sirvieron para condenarlo para hacerle aparecer en cambio como víctima de una conspiración política, policial y judicial.
El okupa se enfrenta ahora a un delito de asesinato alevoso, con ensañamiento y por motivación ideológica, lo que conllevaría una pena superior a los 20 años de cárcel. Los hechos que motivan su ingreso en prisión se sostienen en el testimonio del propietario del bar El Tocadiscos y de cinco de sus clientes, pero también en el de las tres personas que acompañaban a Lanza cuando presuntamente cometió el crimen.
Ninguno de los nueve testigos respaldan la coartada de Lanza: que actuó en legítima defensa para «evitar una posible agresión [de Láinez] con arma blanca». Ninguna navaja ni cuchillo fue encontrado por la Policía y la versión entra además «en clara contradicción con los informes médicos».
La juez que ha tomado la decisión destaca el carácter violento de Lanza para fundamentar su ingreso en prisión, añadiendo asimismo el riesgo de que pueda ejercer presiones para «manipular» a los testigos. Varios de ellos han solicitado la condición de protegidos.
Precisamente ayer, la madre de Lanza, Mariana Huidobro, difundió un comunicado en el que afirma que su hijo fue previamente insultado de manera inopinada por Laínez –«sudaca de mierda»– y que, ante «la actitud amenazante» de éste, decidió abandonar el bar. Habría sido entonces cuando el fallecido acometió a Lanza «navaja en alto» y el okupa terminó golpeándole «con el puño». También añade que Laínez «llevaba una chaqueta negra cerrada, por lo que en ningún momento pudo ver si llevaba o no tirantes con la bandera de España».
A la vista de la resolución judicial y de la contundencia incontestable de los testimonios y de los informes forenses, ese relato queda ahora en evidencia. La madre de Lanza es también una conocida activista de extrema izquierda.
«Tras caer la víctima al suelo, le propinó fuertes golpes en la cabeza, quizá patadas» PSC y PP pidieron a Colau que se disculpe por aprovecharse de ‘Ciutat Morta’