POR LA LIBERTAD LINGÜÍSTICA EN BALEARES
Manifestación contra el decreto que impone a los médicos esa lengua como requisito, provocando la huida de especialistas
«Más sanidad y menos política», reivindicaron ayer miles de ciudadanos de Baleares, que se manifestaron en el centro de Palma contra el decreto que obliga a los médicos de las Islas a saber catalán. Entre pasodobles de Manolo Escobar y canciones de Serrat, los concentrados, convocados por el movimiento Mos Movem, mostraron su rechazo a la «exportación» del nacionalismo catalán a Baleares.
Mos Movem pasó ayer la prueba de fuego y consiguió sacar a la calle a una parte de la sociedad balear poco dada a las movilizaciones y acostumbrada a ver, oír y callar. El despertar civil contra la imposición lingüística del Govern balear en la sanidad y la «deriva catalanista» se visibilizó en una blanca rissaga de carteles y globos que recorrió el centro de la capital balear para pedir la retirada del decreto que exige el catalán como requisito para trabajar en la sanidad pública de las Islas. Una normativa que está provocando el éxodo de profesionales sanitarios a otras regiones de España y cuyo rechazo social ha obligado al Govern a suavizarla, bajando el nivel requerido (un B1 a médicos y un A2 a auxiliares) y dando una moratoria de dos años para sacarse el título.
«Que no politicen la sanidad. Ninguna otra comunidad autónoma de España impone su lengua cooficial como requisito para poder acceder a su Servicio de Salud porque tienen sentido común», reivindicó su portavoz e impulsora, la empresaria del calzado Úrsula Mascaró, que recordó que de las 7.000 quejas de usuarios del Servicio de Salud Balear, «sólo cinco pedían ser atendidos en catalán».
A las 12.00 horas unas 2.500 personas, según los datos de la Policía, salieron desde la plaza España y desembocaron en el Consolat de Mar, sede del Gobierno autonómico, con pancartas que rezaban: «Los idiomas no salvan vidas», «Con la lengua no se cura», «El catalán es una locura», «Más sanidad y menos política» o «Ya no podemos Més (más)», en alusión al hartazgo y en alusión al partido nacionalista (Més), que gobierna en coalición con el PSIB-PSOE, y que ha sido el artífice del polémico decretazo. Se dejaron ver políticos del PP, Cs y Actúa Baleares y se unieron asociaciones de pacientes Alcer y Adipa y los sindicatos Simebal y CSIF.
Una hora más tarde, la manifestación llegó a las puertas del Consolat de Mar, y ya era trending topic con su hashtag #MosMovem. Sonó el ¡Viva España! de Manolo Escobar. Y Serrat constató que hoy iba a ser un gran día porque «ahora empieza todo», advirtió Mascaró. «Hay mucho trabajo por hacer. Nos movemos y no pararemos».
Hasta en cuatro idiomas leyeron el manifiesto y recalcaron que «no están en contra del catalán, como algunos quieren hacer creer» sino de que el catalán sea un «requisito ineludible» para poder trabajar en el Servicio Balear de Salud. «Un disparate, como si a quien se va a Gran Bretaña a trabajar le piden saber galés o el escocés».
La reivindicación derivó en la defensa del mallorquín, menorquín e ibicenco, frente al catalán estándar que «nos quieren imponer» y que ha hecho que «nuestra lengua sea repudiada y odiada». Y acabó rechazando de plano la «exportación» del nacionalismo catalán.