Peor el remedio que la enfermedad...
Recuperando jugadores, el Madrid ha perdido su juego, quizá porque le falta por recuperar al más necesario, Sergio
Llull. Perdiendo a su entrenador y sustituyéndolo por un semijubilado como Svetislav Pesic, el Barcelona ha recuperado, si no su juego, sí su dureza y su autoestima –y «la felicidad», dice Thomas Heurtel, que restriega la animadversión de la plantilla sobre Sito
Alonso–, y durante gran parte del partido tuvo en su mano una victoria clara. Al final una inhibición arbitral en la última jugada quizá privó al Madrid de un empate, si se llegan a conceder a Jeff Taylor dos tiros libres claros. Pero los altibajos en una final espasmódica, de escaso contenido académico, tan sólo maquillan un poco el resultado: el Barcelona ha vuelto a dominar bastante claramente a un Real Madrid lleno de dudas y agujeros.
La ausencia de Llull y la pobre aportación hasta la fecha de Chasson Randle significan que, frente a un equipo con dos jugadores pequeños de gran nivel como son Heurtel y Pau Ribas, Pablo Laso tan sólo cuenta con un
defensor cualificado, Facu Campazzo. Ayer se vio que eso no bastaba, y al técnico blanco se le ocurrió un remedio que acabó siendo peor que la enfermedad: mandó al banquillo a casi todos sus gigantescos pívots y se jugó el decisivo tercer cuarto con un equipo pequeño en el que los cuatros se llamaban Luka Doncic y Taylor. Ni Tavares, ni Randolph, ni Ayón, ni Reyes. No surtió el efecto defensivo esperado.
¿En qué jugadores cree Laso? ¿No es reconocer su inferioridad el intentar ganar un partido –sí, que iba muy mal encaminado– abandonando todo tu juego propio?
Tras todo ello revolotea esa situación de desconcierto, digan lo que digan las estadísticas, de un Doncic que ha perdido frescura. Enfrente, el crecimiento constante de Pierre Oriola, Víctor Claver, Ribas, Heurtel, Adrien Moerman y el arisco Rakim Sanders promete un buen final de temporada para el Barça de Pesic. Muy tarde quizá en Euroliga, pero desde luego muy a tiempo en la ACB. La Copa del Rey puede relanzarlo todo.